Contábamos en Hispanidad que la cacería contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, continúa.  

El Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) presentó una denuncia contra la Fiscalía y ayer miércoles el magistrado Jaime Serret consideró que los hechos ofrecen "indiciariamente" caracteres constitutivos de un posible delito. Aunque opina que no le corresponde a su juzgado conocer y pronunciarse sobre el asunto porque, al menos, hay dos fiscales aforados bajo sospecha. Por lo que Serret lo ha elevado al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). 

Todo ello ocurria mientras la Junta de Fiscales de Sala daba su respaldado a la orden dada por la teniente fiscal del Tribunal Supremo, Ángeles Sánchez Conde, es decir, la número dos de García Ortiz. La convocatoria de reunión partía de la petición de la fiscal María de la O Silva de la Fiscalía Superior de Madrid, encargada de informar de la querella interpuesta por el novio de Ayuso contra los fiscales, que invocó el artículo 27 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal (EOMF), ya que consideraba improcedente la orden de Sánchez-Conde, de inadmitir la denuncia. 

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Pese al criterio de la Fiscalía de inadmitir la denuncia, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha admitido la querella del novio de Ayuso contra la filtración efectuada por los fiscales. Por lo que ya son dos causas abiertas contra esa "nota aclaratoria" emitida por la Fiscalía Provincial de Madrid: una denuncia del propio afectado, el novio de Ayuso, y otra la presentada por el ICAM. 

El presidente del TSJM, Celso Rodríguez, será el juez que tendrá que dictar el auto motivado que iniciarán las diligencias a pesar del criterio de la Fiscalía.