El cientifismo no consiste en creer sólo aquello que se puede demostrar, sino en definir, de forma apriorística aquello que estamos dispuestos a aceptar, se demuestre o no. Los Reyes Magos son un buen ejemplo, porque son personajes del Evangelio, y ningún documento histórico está tan documentado como el Evangelio.

El cientifista también negaría validez  a las revelaciones de una vidente, por lo demás mujer analfabeta y postrada en una cama a principios del siglo XIX. Ahora bien, cabe preguntarse qué haría nuestro buen cientifista cuando esa mujer describe una casa, la última morada de la Virgen María en la tierra, sobre una ladera que se asoma al puerto de Éfeso, cuando, casi 100 años después, arqueólogos franceses descubrieron esa casa, y otras antiguas ruinas de la importante ciudad de Asia Menor, hoy parte de la costa occidental de Turquía, exactamente como lo había descrito la vidente. ¿Qué hace entonces el cientifista? ¿Creer en la magia? Mala opción, dado que la beata Emmerick era católica y, por tanto, sabía que sólo existe la magia negra, y que la magia blanca se llama gracia, y no se dedica ni a milagros ni a milagrerías.

Pues bien, la beata Emmerick también habló de los Reyes Magos. No demostró su existencia, izo algo mejor, más certero : mostró su peripecia.

La buena gente de http://iesvs.org  me lo ha enviado, y yo, hoy, cinco de enero, en vísperas de la madrugada en la que Melchor, Gaspar y Baltasar depositen en mis zapatos cuanto les he pedido (lo sé, me lo merezco todo), les animo a leer esta maravilla.

Eulogio López

Introducción de Iesus.org

Las revelaciones de Emmerick por Brentano son tan detalladas que permitieron encontrar muchas ruinas perdidas como la Casa de la Virgen en Efeso, Ur de Caldea, los pasajes bajo el templo de Jerusalén

Emmerick describe la ubicación exacta de unos documentos de los primeros cristianos, reliquias y UN CUADRO DE LA VIRGEN PINTADO MILAGROSAMENTE EN EL SIGLO I, escondidos en un determinada columna en un templo. Hasta ahora no fueron encontrados porque no se contaba con una nueva tecnología para no tener que andar rompiendo mármoles sin saber primero qué hay detrás.

Este descubrimiento, podría ser aún más importante que el de los rollos del mar muerto.

Es posible que estos documentos ayuden a refutar el infundado y continuo ataque a las escrituras (e.g. caso apócrifo de Judas, Código Da Vinci).

Incluso, podrían aportar evidencia histórica para el Sínodo de Obispos en 2008 sobre la Palabra de Dios en la Iglesia.

Como ya habrá leído arriba, las revelaciones están llenas de detalles concretos que permiten identifica lugares precisos. Sólo hay que tener fe en Emmerick, tal como la tuvo el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, quien luego de descubrir Troya siguiendo los indicios de Homero, encontró Ur de Caldea, siguiendo las explicaciones de Emmerick.