La entidad navarra se rebela: no venderá en 2005 porque no nos conviene. En resumen, la batalla entre las cajas y el supervisor continúa. Al fondo, la sucesión en el Banco de España: apunten otro nombre, el del propio Pedro Solbes como candidato a futuro gobernador

Nuevo enfrentamiento entre una caja de ahorros y el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. En este caso, se trata d la Caja de Ahorros de Navarra, cuyo líder es Enrique Goñi, un hombre que ha caracterizado por una gestión que el supervisor considera demasiado agresiva.

Como muestra un botón, el Banco de España se ha generado de que la Caja de de Ahorros de Navarra posee un 1% de Bankinter, una entidad que ahora mismo se disputan Jaime Botín y el empresario de origen indio Ram Bhawnani. La teoría de Caruana es que si los bancos no pueden comprar cajas las cajas no deben comprar bancos.

En cualquier otro momento, la orden del supervisor habría sido cumplida sin rechistar, pero el ataque de determinados miembros del Gobierno Zapatero -por ejemplo, el titular de Industria, José Montilla- así como de los socios parlamentarios de Zapatero, en especial de los independentistas catalanes de ERC, han debilitado la figura del gobernador. Tampoco es ajeno a este debilitamiento el hecho de que su mandato vence, por ley, el próximo mes de julio. Es decir, que Caruana es lo que los norteamericanos llaman un pato cojo.

En resumen, aprovechando esta situación, Goñi le está echando un pulso a Caruana, algo impensable hace no más de dos años. Goñi se niega a vender su participación en Bankinter porque considera que no le conviene hacerlo en este ejercicio. Y sí en 2006. No parecen existir razones contables que aconsejen retrasar la venta, por lo que hay que suponer que, sencillamente, Goñi espera que se dilucide el pulso entre Botín y Bhawnani, que sin duda elevará el precio de la acción. Pero también este argumento resulta endeble.

Tampoco puede darse una explicación en clave política. No es una caja controlada por los socialistas quien se rebela, sino la CAN, que responde ante el Gobierno de Navarra, es decir, ante UPN, socio del Partido Popular, el mismo que nombró a Caruana. En cualquier caso, Goñi ha introducido a la CAN en una estrategia muy agresiva, que no acaba de gustar en el supervisor. Por ejemplo, ¿qué pinta una caja con sede en una comunidad de 650.000 habitantes, introduciéndose en el mercado norteamericano, o firmando acuerdos con el Wachovia Bank, uno de los grandes grupos financieros estadounidenses?

Y hablando de la sucesión del gobernador, el asunto se complica. En primer lugar, porque los aspirantes son muchos. Públicamente conocidos: Soledad Núñez, directora general del Tesoro, Miguel Sebastián, secretario de Estado asesor económico de Zapatero en Moncloa, Manuel Conthe, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), quien pretende fusionar Banco de España y CNMV, Julio Segura, consejero de la entidad. Pues bien, añadan ahora el del propio Pedro Solbes, vicepresidente económico a quien gustaría mucho retirarse tras un plazo de 6 años como gobernador. Solbes cuenta con 63 años de edad: ¿qué mejor que retirarse del ministerio en julio de 2006, cuando se anuncia una economía de vacas flacas, y jubilarse de Gobernador seguramente el último gobernador del Banco de España no subsumido por el Banco Central Europeo- con una espléndida pensión, no incompatible con la de vicepresidente y con la de ex comisario europeo.

Ahí donde le ven, nuestro probo funcionario luchó con uñas y dientes para que Bruselas le reconociera su pensión, a pesar de su salida anticipada del Ejecutivo comunitario para acceder a la Vicepresidencia del Gobierno Zapatero. Sería una triple pensión, que no es la que recibirá Emilio Botín pero tampoco es moco de pavo. Y a los 63 años, a Pedro Solbes le apetece viajar en crucero, una de sus debilidades.