Sr. Director:

Creo que se equivoca. Aprecio siempre sus artículos, que leo diariamente con fruición, pero algunas veces, como no podía ser de otra manera, no comparto sus opiniones. Por ejemplo, aquella vez que decía que el problema de España, de su unidad o su destrozo, depende de por dónde se mire, no era tal problema, sino algo inventado por los políticos para sacar provecho en la marejada de la contienda electoral. Sencillamente romper España es imposible, por tanto, no hay tal problema, decía, y cito de memoria, perdón.

¿A que ya no se ve tan claro, y le vamos viendo las orejas al lobo, siquiera se ve que el toro parece que embiste por lo menos? Yo veo aquí una intencionalidad política clara, pero que muy clara, muy por delante de la opción empresarial, que está mucho más lejos. Es cierto que los políticos, a toro pasado, se arriman donde más les interesa, pero valorando las dos posibilidades, la empresarial y la política, en una balanza, se me inclina, que digo, se me cae la balanza para un solo lado. En todo caso, tan sólo es una opinión más.

Rafael Pérez

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