Felicito a Virginia Ródenas -entrevistadora- y a Fernando Abellán -entrevistado-. Si no tuviéramos una piel de elefante, el titular nos dejaría un poquito noqueados: Qué desconsuelo el de la madre que pide ser inseminada del hijo muerto.

Sí, han leído bien, y aún pueden llegar a las arcadas si leen todo el contenido. No sobra una línea, y todas ellas no llegan a remover la conciencia porque antes revuelven el estómago.

Esto no pasaba en Sodoma y Gomorra, verdaderos hijos de la inocencia. Ahora recuerden cómo se nos vendió, y se nos sigue vendiendo, la maravilla de la fecundación 'in vitro'. Visto lo leído, lo único que podemos decir es que o se prohíbe la fecundación asistida o vamos a escandalizar al mismísimo Hitler.

Eulogio López

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