• En el Gobierno, la actitud más dura con la Generalitat está representada por Soraya: desplante a Jordi Pujol en la boda del hijo de José Manuel Lara.
  • Y hace mal: Margallo, postura opuesta a la de Sáenz de Santamaría, considera que Jordi Pujol es el único puente posible entre Madrid y Barcelona ante la actitud montaraz de Artur Mas.
  • El ex president Pujol considera que su sucesor, Artur Mas se ha metido en un callejón sin salida.
  • Y la coalición CIU, a punto de romperse.
  • Respecto a los socialistas, el PSC no sólo ha roto el PSOE sino que se ha hundido en Cataluña.
  • Y el lío también afecta a los medios: el cargo de José Antich pende de un hilo.
  • Pase lo que pase, y lo más probable es que no pase nada, la fractura social, y hasta familiar, en Cataluña es un hecho.

Ocurrió en la reciente boda entre un hijo de José Manuel Lara (Planeta) y una sobrina del presidente de Repsol, Antonio Brufau. Entre los invitados a la ceremonia figuraba la vicepresidenta del Gobierno y el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Pues bien, doña Soraya prácticamente se negó a saludar a Pujol, quien se mostró molesto por la actitud de la número dos de Rajoy. Como aseguran en Moncloa, a fin de cuentas, Artur Mas le había plantado a ella una semana antes en el famoso acto empresarial al que Mas se negó a acudir.

Quizás hizo mal. En Moncloa hay dos corrientes: la de Soraya, partidaria de la línea dura con la Generalitat, y la del titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, proclive al llegar a un acuerdo con CIU y alejarla de la órbita de los independentistas de ERC.

Margallo, influyente ante Rajoy está, no obstante, perdiendo la partida frente a Sáenz de Santamaría. Margallo insiste en que el papel de Jordi Pujol para reconducir la situación entre Madrid y Barcelona es vital. Pujol está convencido de que su sucesor lleva a Cataluña al desastre. Pero, por el momento, Rajoy no quiere contactar directamente con Pujol.

El problema es que la fractura en Cataluña ya es total. No sólo social o política, sino también familiar. Detalles: la coalición CIU está a punto de romperse, con un Durán Lleida que amenaza con presentarse en solitario a las próximas elecciones.

En el campo socialista, no es sólo la caída del PSC sino que el propio PSOE podría quedar partido en dos, con los líderes más veteranos del partido (Alfonso Guerra o José Bono) en contra de la ambigüedad de Rubalcaba en el "derecho a decidir", exigiendo la refundación del PSOE en Cataluña y con el partido a punto de estallar y por los suelos en las encuestas.

La fractura ha llegado a los medios informativos, con un alineamiento a favor o en contra de la independencia, cuando menos del referéndum de autodeterminación. Por ejemplo, el cargo del director de La Vanguardia, José Antich, pende de un hilo. El Conde de Godó, aún más su hijo, considera que La Vanguardia debe apearse de la quimera independentista.

En conclusión, Margallo insiste en que Jordi Pujol está convencido de que su sucesor, Artur Mas, se ha metido en un callejón sin salida y que hay que aprovechar la situación, Eso sí, Mas parece sordo a todo lo que no sea su proyecto, cada día más claramente secesionista.

Eulogio López        

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