Desde el 5 de septiembre, España vive en estado de OPA, de OPA de Gas Natural sobre Endesa, con todos los demonios sueltos. Al final, la locura es de tal calibre que nadie sabe dónde está quién. Vamos por partes: la OPA de GN sobre Endesa no puede ser más positiva. Se trata de crear una empresa energética integral (hidrocarburos más electricidad), en el sector más estratégico de todos, capaz de competir con los gigantes europeos. Gas Natural es una empresa con sede en Barcelona, propiedad de La Caixa, es decir, es una empresa española controlada por una caja española y con sede en una capital española.

EN el ambiente de locura en el que vivimos, resulta que, para muchos, que una caja sea el propietario final de una empresa estratégica es algo negativo, con argumentos tan sonoros, y tan peregrinos, como que una caja es un ente poco transparente y politizado. Lo de transparente simplemente es falso : pensar que los accionistas del Santander controlan lo que hace Botín más que los consejero de La Caixa lo que hace Fornesa es como para reír si no fuera para llorar.

Pero lo diré con palabras del director general de La Caixa, Isidro Fainé: ¿Qué prefieren ustedes, que el propietario de una empresa estratégica sea el Estado, sea una caja o sea un fondo de capital riesgo? Desde luego, uno apostaría por las cajas de ahorros.

Veamos, vivimos en pleno proceso de deslocalización. Los países de la Europa del Este ingresados en la Unión Europea tienen salarios por debajo de la mitad de los españoles. Naturalmente, las empresas se van allí. Por citar ejemplos: ¿Ebro Puleva sería la principal empresa alimentaria española si no llega a ser por las cajas de ahorros gallegas, castellanas y andaluzas que forman su accionariado? Mucho me temo que sería ya una filial de Nestlé. Y lo mismo puede decirse de Hispasat, de Iberia, de Indra, de Abertis, de Telefónica, de Repsol YPf, de Iberdrola, de Endesa, etc.

Se dice que no hay deslocalización en Francia, Alemania o Italia. Sí la hay, pero menos. Ahora bien, en Italia gobierna un convolutto de intereses privados y públicos, que no se sabe dónde empieza el uno y acaba el otro. Al BBVA no le dejan comprar la BNL por el artículo 33 y hemos terminado. Los franceses ni privatizan ni liberalizan. Además, si alguien quiere comprar Danone va Chirac y dice: No me da la realísima gana. El yogur es un bien estratégico, como la Marsellesa. Los alemanes son muchos más cachondos. Hablan de empresas privadas, pero la región o land de Baja Sajonia es el principal accionista de Volks Wagen, y si hay que reducir plantilla se reduce en SEAT en términos proporcionales- y si hay que aumentar la producción se aumenta en la República Checa, en Skoda, donde los salarios son la tercera parte que en España.

Peor aquí somos los más idiotas de todos, y por eso renunciamos por anticipado a la acción de oro o veto político contra depredadores foráneos. Para liberales, nosotros; para tontainas, también.

Por tanto, la vocación industrial de La Caixa y Caja Madrid es espléndida. Con Emilio Botín o con Francisco González, desde luego, no se puede contar. Es más, la compra de Fenosa por Florentino Pérez y por inversores gallegos es, asimismo, espléndida. España necesita de empresas energéticas con vocación inversora.

Por tanto, las pegas a la OPA siguen siendo la mismas: la oferta es muy pobre, y La Caixa deberá mejorarla. Segundo no tiene sentido crear una empresa española mayor para luego quitarle la mitad de los activos y dárselos a Iberdrola. No, si La Caixa quiere crear el primer gran grupo energético, debe asumir el proyecto en solitario y ceder sólo aquellos activos estrictamente imprescindibles para garantizar un asomo otra cosa no hay- de independencia.

Iberdrola, sin duda la más rentable de las eléctricas, debe creer por otras vías garantizar su independencia como lo ha venido haciendo hasta ahora, curiosamente, con las cajas de ahorros que constituyen el núcleo estable de su accionariado. Y es, en verdad, un núcleo de lo más estable.

Con esos cambios, la OPA sólo merece aplausos. No ya por parte de cualquier patriota, que no lo soy en grado sumo, sino por parte de cualquiera con un mínimo de sentido común. Y es que lo que prima ahora no es el espíritu patriótico frente al foráneo sino el guerracivilismo.

Eulogio López