El problema no es que Juan Costa, ex secretario de Estado de Hacienda con Rodrigo Rato y luego ministro de Ciencia y Tecnología, haya abandonado el FMI y haya roto toda ligazón con el Partido Popular. Él debe de sentirse feliz por las críticas recibidas en este sentido, porque es una manera de obviar la crítica seria, la peligrosa: le ha fichado Ernst&Young, la auditor-consultora para la que trabajó en su día y a la que tan bien trató durante los 8 años en los que trabajo en la Administración pública que, como todo el mundo sabe, es, antes que servicio al ciudadano, la gran expendedora de contratos.