La batalla, perdida, contra Total será el primer fracaso en el curriculum de Alfredo Sáenz (y de Ignacio Benjumea). Las grandes petroleras mundiales mantienen la solidaridad de los poderosos: ninguna quiere entrar en liza con Total. Por primera vez al Santander le han fallado sus tácticas de mercado y el Gobierno español se niega a salir en defensa de la españolidad de Cepsa

Una vez aplicado el laudo internacional, que exigía al Santander vender el 4,5% de Cepsa a precio histórico, la petrolera francesa Total controla la gestión de la española y el Santander está condenado a buscar un comprador para su paquete del 30%. Y no es poco problema, dado que, cuando una compañía como Total controla una filial en otro país, los posibles compradores del paquete del Santander no parecen muy interesados. Desde luego no lo están las grandes compañías, entre otras cosas porque entre las multinacionales del crudo perro no come perro. Ninguna de ellas está interesada en hacerse con un paquete del 30% cuando un colega controla el 50.

Con los compradores financieros ocurre algo similar, dado que a nadie le agrada adquirir el 30% de una gran compañía, a pesar de su solidez contable, que no deja de ser franquicia de una multinacional que puede decidir tanto la política de dividendo como su estrategia bursátil.

Al final, el Santander no encuentra comprador, y en Casa Botín el asunto Cepsa ha pasado a ser el primer borrón en un historial impoluto : el del vicepresidente y consejero delegado, Alfredo Sáenz Abad . En efecto, fue Sáenz Abad , apoyado por Ignacio Benjumea , el máximo responsable jurídico del Santander, quien optó por aquella arriesgada aventura de lanzar una OPA parcial sobre Cepsa . Se trataba de forzar a los franceses a lanzar una OPA con la correspondiente plusvalía para el Santander. Pero los galos, muy suyos, no hicieron tal cosa y llevaron el conflicto a un laudo arbitral, que tras años de enfrentamiento dio la razón a Total .

Ahora mismo Cepsa constituye la única inversión industrial importante que le queda al Santander, heredero de los tres grandes grupos industriales bancarios: los de Banesto , Central e Hispano .

En su desesperación el SCH ha recurrido a todo, incluso a buscar el apoyo gubernamental en nombre de la españolidad de Cepsa, pero el Gobierno Zapatero , al igual que el último Gobierno Aznar ha sido muy claro : se protege a la primera empresa del sector, en este caso Repsol YPF , pero no a la segunda.

También se ha tratado de vender al menudeo quizás sea la única opción posible- intentando que no se derrumbe el valor, pero eso es algo muy complejo en un paquete tan voluminoso.

Por vez primera, el Santander ha pinchado en hueso : ¿Qué hacemos con Cepsa ?