Muy bueno, lo que el martes respondía la ministra de Educación Mercedes Cabrera a Hispanidad: se acabó el diálogo con los padres objetores a Educación para la Ciudadanía. Esto de dar por concluido un diálogo nunca iniciado resulta de lo más progresista. Mejor: de la elite progresista, o sea la aristocracia progre y millonaria, a la que pertenece doña Mercedes. A fuer de socialista, naturalmente.  Pero ahora surge algo mejor -todo es susceptible de empeorar, queridos amigos- a lo que ya nos hemos referido en Hispanidad, con le excelente artículo de Alejandro Llano en Gaceta de los Negocios: ahora llega Ciencias para el Mundo Contemporáneo. Como se ve, siempre hay un "para", en el zapatismo, un objetivo finalista, un deje utilitarista. Hablamos de gente práctica.

EpC estaría enfocada a la ESO y EpMC a los bachilleres. En EpC hablaríamos de cuestiones morbosillas y vulgares, por ejemplo de que los adolescentes deben probar las relaciones sexuales con chicas y la penetración anal con chicos, más que nada para saber a qué atenerse y poder realizar una opción sexual libre. Por el contrario, en EpMC hablamos de cosas más serias, tales como "origen del universo y de la vida (del fijismo al evolucionismo); la selección natural darwiniana (de los homínidos al Homo sapiens); la ingeniería genética; la reproducción asistida; la clonación y sus aplicaciones; las células madre; el problema del crecimiento ilimitado en un planeta limitado; la sostenibilidad ecológica y social".

Lo del "fijismo" me ha encantado, el dar como científico la más que discutida -hoy más que nunca- evolución darwiniana o la bomba demográfica, que vuelve tras haber si o enterrada hace 40 años, es otro síntoma de por dónde van los tiros en EpMC.

Al final, más de lo mismo: o con Dios o contra Dios; o amas a Cristo o te conviertes en Cristófobo. No hay mucho amor con poco conocimiento, dicen las Escrituras, pero tampoco hay mucho conocimiento con poco amor. O como recordó el arzobispo de Valencia, monseñor García Gasco, durante la imposición del capelo cardenalicio, a una crispada Teresa Fernández de la Vega: estamos construyendo una Europa y una España a espaldas de Dios. Y lo preocupante no es que Europa le dé la espalda a Dios, sino que Dios le dé la espalda a Europa. Eso sí representaría un escenario asaz coyuntura preocupante.

Eulogio López

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