El Partido Popular Europeo (PPE) ha difundido un comunicado en el que asegura “estar cooperando con total transparencia”
Hace unos meses les contábamos en Hispanidad, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo de Naciones Unidas para la salud, bajo el mandato de Tedros Adhanom, pedía el aborto libre hasta el mismísimo nacimiento.
Y el Parlamento Europeo no puede ser menos en temas progres, por lo que esta semana, y a raiz del fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos, ha aprobado una resolución pidiendo la inclusión del aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en la que se añadirá que "toda persona tiene derecho a un aborto seguro y legal", y pide a la Unión "que ejerza presión y haga del reconocimiento de este derecho una prioridad clave en las negociaciones en el seno de las instituciones internacionales y en otros foros multilaterales como el Consejo de Europa, y que defienda su inclusión en la Declaración Universal de Derechos Humanos".
El texto además de pedir presión, algo que suena democrático cuanto poco, aprovecha para criticar, como no, a Polonia, Hungría, Malta, Eslovaquia, Croacia e Italia, por limitar el aborto porque consideran que "se está erosionando" el derecho al aborto, y consideran fundamental que la Unión Europea y sus estados miembros sigan "progresando en la garantía del acceso" al aborto "de conformidad con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud".
La resolución obtuvo una aplastante mayoría abortera de 324 votos a favor, 155 en contra y 38 abstenciones. Solo Vox y el grupo grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), al que pertenece la formación, han hecho frente a este atropello a la vida. Así, la eurodiputada Margarita de la Pisa, presentó una alternativa un resolución alternativa en favor de la vida, se trata del primer texto en décadas que une la defensa de la vida humana desde su concepción en el vientre materno así como la defensa de la soberanía de los Estados miembros de la UE en materia de salud y asistencia sanitaria.
La propuesta de Vox recuerda que el artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU establece que “toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad”, que el artículo 168 del Tratado de Funcionamiento de la UE fija que la Unión “respetará las responsabilidades de los Estados miembros por lo que respecta a su política de salud” y que el preámbulo de la Declaración de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño dicta que “el niño necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”. Además, hace referencia a la sentencia del Tribunal Supremo estadounidense, y asegura que la UE, con sus debates y resoluciones, sobre este tema, “se extralimita en sus competencias cuando interfiere en las decisiones de los órganos judiciales”, ya sean de terceros países como de los propios Estados miembros, lo cual constituye “una injerencia grave e injustificable en su soberanía”.
En la intervención, la eurodiputada, insistió en el orden natural, y subrayó que este debe “atenerse al orden racional que emana de las verdades universales e inmutables, como hacer el bien y evitar el mal, que han guiado a todos los pueblos a lo largo de la historia”. “La vida tiene un valor infinito y una sociedad sana así ha de reconocerlo”.
Además, hace hincapié en que el aborto “tiene un claro ánimo de lucro” y advierte y critica el concepto “salud y derechos sexuales y reproductivos” que usa la izquierda para referirse al aborto, algo que ya admitió la propia ONU, y lo tilda de “eufemismo que se ha desarrollado en contra de la defensa de la vida y que socava la dignidad de las mujeres”. Y recuerda que “el acceso al aborto no está reconocido como un derecho humano” en virtud de ningún tratado o derecho internacional ni europeo.
Pero, desgraciadamente, el Parlamento Europeo opta por la cultura de la muerte, por el asesinato más cobarde sobre el ser más inocente e indefenso. Y es que con el aborto se ha seguido una campaña impecable, primero, se despenalizó en algunos casos (peligro para la vida de la madre, violación, malformación del niño en gestación…). Más tarde se añadieron los coladeros del riesgo para la salud física y psíquica de la madre, para pasar a ampliar el aborto sin causa alguna, la senda continuó eliminando los plazos. Y esto ha desembocado en la denominación de nuestros días: el aborto es un derecho. Y todo esto significa que hemos entrado en la etapa final: el Nuevo Orden Mundial (NOM), que no es conspiración sino consenso, ha conseguido implanta el aborto obligatorio, nada menos que como un derecho, propio de la época en la que vivimos, marcada por la blasfemia contra el Espíritu, es decir, llamar bueno a lo malo y malo a lo bueno.