Sesión de control de este miércoles. Rajoy acusa a Zapatero de incoherencia. Y cita varios ejemplos: le criticó durante una década por haber congelado el sueldo de los funcionarios en 1996 para después recortar su salario un 5%; dijo que bajar impuestos era de izquierdas y ahora sube el IVA, el impuesto sobre el ahorro y se dispone a crear una nueva modalidad impositiva. Más: se comprometió a no hacer una reforma laboral por decreto, sino por consenso; finalmente ha sido decretazo. Era el hincha de las energías renovables y ahora pretende quitar las primas. ¿Ud. cree que se puede gobernar así?
Zapatero no niega las incoherencias. Incluso previamente le había señalado a Llamazares que las tomadas por convicción; las creo. Pero a Rajoy le ataca: Estaba buscando ejemplos de incoherencia suya y no los he encontrado porque pare tener incoherencias hay que afirmar algo y contradecirse y Ud. no afirma nada porque no se moja.
Retoma Rajoy para pedirle demagógicamente a Zapatero que no suba el IVA ni baje el sueldo de los funcionarios ni congele las pensiones ni abarate el despido. Ud. gobierna mal y por eso estamos intervenidos, concluye. Aplausos en las gradas. Pero Zapatero se lanza a la yugular: Ud. me dice lo que no hay que hacer, pero no dice lo que hay que hacer; lo hace porque su estrategia es no mojarse. Pero no le va a funcionar: la gente le conoce, le tiene calado; y en estas circunstancias no vale la estrategia de sí o no. ¿Por qué no nos dice dónde hay que recortar para bajar el déficit?, ¿por qué no nos dice cuál es su propuesta para la reforma laboral?. La bancada socialista se pone de pie y aplaude con energía. Zapatero se muestra satisfecho. Como los toreros tras una buena faena. A los socialistas les ha faltado sacar el pañuelo.