• Asegura que las "las cuantiosas inversiones que Europa necesita" dependen de una política energética común.
  • Se queja de que la factura eléctrica se use como "un cajón de sastre en el que caben todo tipo de políticas".
  • Critica que las políticas no relacionadas con el suministro suponen el 50% de lo que paga el europeo, frente a menos del 10% en EEUU.
  • La eléctrica invertirá 9.600 millones hasta 2016, plazo en el que prevé reducir la deuda en 1.800 millones.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (en la imagen), se ha empleado a fondo esta mañana, durante la Junta General de Accionistas, para poner sobre la mesa, mirando a Bruselas, dos peticiones para acelerar las "cuantiosas inversiones que Europa necesita" y poder atender la creciente demanda de electricidad: "una política energética común" y "un regulador europeo único". Sólo así, añadió, será posible jugar en "un marco predecible y armónico".

Ese fue el primer orden del día para Galán. El segundo, un tirón de orejas al ministro de Industria, José Manuel Soria, por los cambios regulatorios. Calificó a 2013, en este sentido, de complejo, y criticó que la factura eléctrica se haya usado como "un cajón de sastre en el que caben todo tipo de políticas no relacionadas con el suministro". Y recordó, en este sentido, las limitaciones en España para las inversiones, como la moratoria en renovables, en redes y límites en la generación.

El presidente de Iberdrola no ha ahorrado sus críticas para reclamar marcos regulatorios estables en "las políticas no relacionadas con el suministro eléctrico: territoriales, medioambientales y fiscales". Dijo, por ejemplo, que esos costes "representan ya más del 50% de lo que pagan los europeos, frente a menos del 10% en EEUU". En esa línea, se lamentó de que "hasta ahora, buena parte de las medidas implementadas para resolver este problema se hayan limitado a recortar ingresos y aumentar tributos a las actividades eficientes de generación y distribución". Y eso, recordó, "pone en riesgo las inversiones necesarias y, por tanto, el suministro eléctrico a largo plazo".

Con relación a la actividad exterior de la empresa tuvo un toma y daca. Por un lado, se quejó de la importantes subidas de impuestos en los países en los que la compañía está presente -algo que a Iberdrola eso le ha supuesto "enormes esfuerzos"- y por otro, que, "gracias a la internacionalización", han vuelto a conseguir el beneficio necesario para continuar su política de dividendos.

Ignacio Sánchez Galán se ha referido también al plan estratégico de Iberdrola para 2014-2016, que incluyen inversiones de 9.600 millones de euros. De ellos, 2.000 serán en España, para mantener y renovar sus instalaciones y concluir determinadas centrales hidroeléctricas.

Con esas inversiones y la gestión de los gastos, espera que el beneficio operativo (Ebitda) y el neto crezcan hasta 2016 a una media anual del 4% respecto a ese años, a pesar de los "impactos negativos regulatorios y fiscales", que cifró en más de 1.300 millones de euros en España para 2014.

No se olvidó tampoco de la deuda, el gran problema. Aspira a reducir en 1.800 millones (del 44% al 40%) hasta 2016, consiguiendo que "todos los negocios, después de las inversiones, tengan flujo de caja positivo". De lo contrario, el dividendo no está asegurado.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com