El Ejecutivo prepara una nueva amnistía fiscal. No consigue colocar su deuda. Los mercados ya no confían y exigen una prima máxima. Los bancos españoles, que hasta ahora le habían salvado a Zapatero, han decidido que 'ya está bien'. Así que hay que buscar ingeniería financiera. Y la solución no es otra que la 'inventada' en 1991 por Solchaga. La historia se repite. El eterno retorno socialista. Hay una diferencia. La deuda pública especial de entonces se colocó al 2% con 6 años de congelación y opacidad fiscal gracias a una ingente labor inspectora. Ahora que los sueldos y los incentivos han bajado, la motivación de los inspectores está por los suelos.
Además, este mecanismo sería el segundo. Porque conviene recordar que en el RD de fomento de la actividad de 2008 Solbes ya estableció el mecanismo para repatriar fondos ubicados en paraísos fiscales: podrían comprar deuda pública sin pagar impuestos por la rentabilidad y sin necesidad de justificar. De nuevo el Gobierno haciéndose trampas en el solitario. Por una parte, no permite la evasión fiscal. Con la otra mano, la permite. Ver para creer.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com