- La realidad es que ni la propia multinacional vislumbra el alcance en cifras del escándalo, ni en millones ni plazos.
- El freno a las inversiones anunciado por Müller inquieta en España. Están en juego 4.200 millones de euros.
- García Sanz no se pronuncia, aunque es vicepresidente mundial de Compras de VW y presidente del Consejo de Seat.
- Es, además, el español más influyente del sector del automóvil y tiene muy buenas relaciones con políticos y empresarios.
- Pedro Sánchez dice que el Gobierno no se aclara y Uxue Barkos (Navarra) que "no están preocupados, pero sí en alerta".
Francisco Javier García Sanz es la cara más visible de un español en la cúpula de
Volkswagen. Pero eso es una cosa -es un
poderoso vicepresidente de la multinacional-, y otra, muy distinta, que tenga capacidad para neutralizar el impacto en España de las desinversiones del grupo en el mundo tras el fraude en la manipulación de las emisiones de gases.
Vaya una realidad por delante, para situarnos: el principal problema de Volkswagen en estos momentos es que desconoce por completo el coste real del escándalo por el fraude en sus motores diésel.
Multas, revisiones, demandas colectivas. ¿Cuántos millones de euros tendrá que arañar a sus cuentas, y durante cuánto tiempo, para reparar el daño? La más afectada, la propia compañía, no lo sabe.
Está también en cuestión su propia supervivencia del fabricante, como reconoció
Hans Dieter Pötsch, sucesor de Piëch en la presidencia del Consejo de Supervisión.
El último gesto de
Francisco Javier García Sanz, vicepresidente mundial de Compras -un cargo muy importante en un gigante como Volkswagen- fue la
invitación a Mariano Rajoy, a principios de septiembre, al 40 aniversario del centro técnico de
Seat en
Martorell (Barcelona), donde el presidente del Gobierno pronunció un discurso de agradecimiento por la apuesta inversora del grupo automovilístico en España.
Pero son esas mismas inversiones sobre las que caído, desde ayer martes, una estela de inquietante duda, en contra precisamente del optimismo del Gobierno al respecto. Ya les explicamos cómo
en contra de toda lógica, Sáenz de Santamaría y el ministro Soria se adelantaban diciendo que no se perderían ni inversiones ni empleos. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha instado al Gobierno este miércoles a defender las inversiones de Volkswagen en España y se ha quejado de la confusión por las bonificaciones a VW provocada por el ministro de Industria, José Manuel Soria. El PSOE ha pedido que comparezca en el Congreso.
Pero las dudas al respecto las ha activado, básicamente, el propio presidente ejecutivo del grupo,
Mattias Müller. Con crudo realismo, ha anunciado ante 20.000 trabajadores reunidos en la sede central de Wolfsburgo que el grupo comprobará "todas las inversiones" planeadas en los próximos meses para "cancelar o aplazar lo que no sea estrictamente necesario".
Müller no dio más detalles, pero el aviso ha levantado las lógicas alarmas en España, donde el grupo tiene prevista una inversión de 4.200 millones de euros en las plantas de Martorell y
Landaben (Pamplona). Fundamentalmente en la fábrica catalana de Seat (3.300 millones).
García Sanz, también presidente del Consejo de Administración de Seat,
comunicó personalmente al presidente del Gobierno, en mayo (
en la imagen), los planes del grupo en España, antes de que los confirmara públicamente.
García Sanz es, sin duda, el español más influyente en el sector del automóvil. Por su presente en Volkswagen y por su pasado en la industria del motor (fue director de compras en General Motors). Pero no ha abierto la boca ante el desafío que afronta la multinacional. Se ha codeado con ministros, presidentes de Gobierno, goza de prestigio en la Casa Real y está bien relacionado con los grandes empresarios españoles.
Pero la crisis en el fabricante alemán es monumental, tanto que ni la propia conoce el alcance real. La presidenta del Gobierno de Navarra,
Uxue Barkos, ha reconocido esta mañana que "nos mantenemos en una posición de alerta, no preocupados, pero sí alerta", aunque el mensaje que les llega desde VW sobre las inversiones es "tranquilizador".
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com