- En Italia sí se quiere a Bolloré, que ha convertido a Vivendi en accionista de referencia de Telecom Italia (14,9%).
- Pero el multimillonario francés mira más allá del sector de telecomunicaciones: ¿comprará Mediaset?
- De momento, el primer ministro, Matteo Renzi, se las verá con él para la reforma del antiguo monopolio, que afecta al 'cuádruple play' y a los grupos comunicación.
- Berlusconi ya contactó con él, o con el australiano Rupert Murdoch, para venderles parte de su imperio mediático.
El presidente y primer accionista de Vivendi,
Vincent Bolloré, pidió a sus accionistas en la última junta, en abril, que tuvieran fe en su capacidad para convertir la compañía en un gran grupo global de medios de comunicación. Dijo incluso que no descartaran que un día midiera sus fuerzas con los grandes gigantes tecnológicos
Google o
Facebook. Fue entonces cuando el industrial francés también anunció que había aumentado un 2,51% su participación en el grupo, hasta el 14,52%, tras llegar a un acuerdo de paz con un accionista minoritario. O sea, aportó a la caja 800 millones de euros más.
Leído ahora parece una premoción sobre lo que está pasando, por ejemplo, en Italia, donde ya se ha convertido en el principal accionista de
Telecom Italia (14,9%), tomando el relevo de
Telefónica. La operación alarga el acuerdo de
Vivendi y la operadora española para venderle su filial brasileña
GVT, a cambio de su participación en Telecom Italia. Y la presencia de Vivendi en la italiana podría ir a más, como ha adelantado su Ceo,
Arnaud de Puyfontaine.
La pregunta que flota, sin embargo, más allá del sector de las
telecos. ¿Qué pinta un gran grupo de comunicación como Vivendi -con instrumentos poderosos como
Canal Plus,
Universal Music Group o, indirectamente, la agencia
Havas- en la primera teleco italiana?
Vivendi entra, además, en un país que está en pleno debate sobre la reforma del antiguo monopolio de las telecomunicaciones y el futuro de banda ancha, que incluye la fibra, imprescindible para ofrecer servicios convergentes (fijo, móvil, televisión…). Lo han advertido hasta los reguladores. Pues bien, el primer ministro,
Matteo Renzi, tendrá enfrente, como interlocutor, a un industrial francés, Vincent Bolloré, presidente de Vivendi. La reforma afecta también al competitivo escenario de los grupos comunicación italianos, entre los que está, cómo no, el imperio mediático de
Silvio Berlusconi.
Sobra decir, en primer término, que Bolloré es muy conocido en Italia y, además, uno de los "hombres más ricos del mundo", según
Forbes o gran amigo de
Nicolas Sarkozy. En Italia, como no es cualquiera en Italia, no le tratarán, seguro, tan mal como a Telefónica, que entró en Telecom Italia en 2007 y se ha machado, años después, escaldada, a pesar de que se ha embolsado 380 millones en plusvalías en las cuentas del primer semestre.
El multimillonario francés goza de gran predicamento en el
establishment italiano, entre otras cosas, por su relación con
Mediabanca, donde es consejero desde 2002 y en la actualidad, el segundo mayor accionista. Y ya saben que por ese selecto banco italiano pasan todos los negocios transalpinos de enjundia.
Pero sus intereses van más y han estado también en
Generali,
Prefarmin,
Groupama… En suma, está muy bien relacionado y no necesita carta de presentación en el país precisamente. Y a eso se añade, también, su proximidad a
Berlusconi, dueño de
Mediaset (y en España, una de las patas del Duopolio televisivo con Telecinco-Cuatro).
Unan todas esas piezas y encontrarán algunas pistas de la operación de Vivendi en Italia. Tampoco es ningún secreto que Berlusconi, de 78 años, contactó con el propio Bolloré para venderle parte de su imperio, como también con el australiano
Rupert Murdoch.
El grupo francés entra en un mercado, el italiano, en el que pretende ser algo más que un accionista de referencia de la
teleco. Y pongan en esa manta los nuevos canales de distribución de contenidos televisivos que se le abren, teniendo en cuenta, por ejemplo, que
Universal Music Group es la mayor discográfica del mundo.
Ah, y no se olviden de lo del principio: la aspiración de
Bolloré es convertir a Vivendi en un grupo global que se codee con
Google o
Facebook.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com