Arrecia la persecución contra los cristianos
El muchachote tenía previsto un atentado suicida, es decir, homicida, durante las procesiones de Semana Santa en Sevilla. Esto, 48 horas después del incendio de Notre Dame, lo que convierte la persecución contra los católicos y la cristofobia reinante en algo innegable, una tarea de abnegación en la que lleva incursa la clase dirigente occidental desde hace demasiado tiempo.
El objetivo de Zouhair El Bouhdidi era un atentado suicida –o sea, homicida- durante las procesiones religiosas
Al tiempo, continúan las sospechas sobre el incendio de Notre Dame: demasiados atentados previos contra templos católicos y muchas preguntas sin responder. Aunque, eso sí, bendito incendio, que ha provocado rezos colectivos, no organizados, en la agnóstica París. La sangre de los mártires es semilla del evangelio.
Lo cierto es que hemos llegado a un momento en el que uno de cada nueve católicos en el mundo sufre persecución cruenta, mientras en Occidente se ningunea a los otros nueve.
La persecución resucita la fe, pero también dispara la sensación de fin de ciclo
La persecución resucita la fe, pero también dispara la sensación de fin de ciclo. Por ejemplo, circula por las redes el grabado en el que aparecen el Vaticano y Notre Dame en llamas (en la imagen). No conviene sacar conclusiones, salvo la conclusión de que el incendio de Notre Dame ha provocado una reacción distinta por a la que esperaban los presuntos causantes, si es que los tuvo. Pero los tuviera o no, el significado del hecho no se agota en sí mismo y las reacciones al mismo han resultado extraordinarias.
Lo que está claro es que arrecia la persecución contra los cristianos y que la persecución está llegando a Occidente.
A continuación, algunos momentos posteriores al presunto accidente de la catedral de París: