Polonia se ha convertido en un gran ejemplo en Europa. Primero, por defender su Constitución sobre la europea y su soberanía, y por ser fiel a sus principios cristianos. Segundo, por estar liderando la acogida de refugiados ucranianos. Y tercero, en materia energética: baja impuestos, apuesta por la nuclear y ha anunciado que parará las importaciones de energía rusa (carbón, petróleo y gas natural). ¡Ole!

Hace casi dos meses, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, acometió decisiones clave ante el encarecimiento de la energía… y lo hizo semanas antes de que empezara la invasión rusa de Ucrania y el conflicto entre este país y Rusia. A Morawiecki no le tembló la mano para anunciar bajadas de impuestos, por entre 3.500 y 4.500 millones de euros con el ‘Escudo anti-inflación 2.0’, entre ellos: del IVA de la gasolina del 23 al 8%, del IVA de la luz del 23% al 5%; y suspensión del IVA del gas, que pasa del 8% al 0%. Ahora Morawiecki va a más y ha anunciado que parará las importaciones de energía rusa: del carbón en abril/mayo, del petróleo a partir de diciembre “a más tardar” y del gas desde diciembre.

 

Polonia también ha anunciado que construirá seis centrales nucleares, una energía barata, estable y que no emite CO2. Hasta ahora sólo tiene un reactor de investigación (denominado Maria, en honor a la química Maria Skłodowska-Curie, que era polaca y nacionalizada francesa y ganó dos Premios Nobel). Una apuesta por la nuclear para bajar su dependencia del carbón, que actualmente produce el 75% de su luz: a entre el 37% y el 56% en 2030, y a entre el 11% y el 28% en 2040.

A la vista de todo esto, España debería tomar ejemplo de Polonia. Esta semana comenzó con Pedro Sánchez avanzando las ‘grandes’ medidas para abaratar la energía, pero se vio que también le gusta recaudar. Un día después, la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, y la económica, Nadia Calviño, dieron más detalle de las mismas y presumieron de que el precio del gas será “el más bajo posible”,… pero depende de Bruselas. Y unos días más tarde, se conoció que España y Portugal proponen un tope de 30 euros para el gas, pero depende de si la Comisión Europea lo autoriza o no, y la clave será cómo compensar a los productores.

La ‘gran’ medida para abaratar la energía, con demasiadas incógnitas: España y Portugal proponen un tope de 30 euros para el gas, pero depende de si la Comisión Europea lo autoriza o no, y la clave será cómo compensar a los productores

El Gobierno español continúa negándose a bajar los impuestos de los carburantes, a pesar de que tanto la gasolina como el gasóleo (el diésel) han disparado sus precios y este último ha llegado a superar por primera vez al de la gasolina y ha batido récord. Recuerden que el 50% del precio de los carburantes son impuestos, en concreto Impuesto Especial sobre Hidrocarburos e IVA. El ex ministro socialista y economista Miguel Sebastián ha señalado en las redes sociales que el margen de rebaja en el primero es pequeño, pero no ha dicho nada de qué pasa con el del IVA… ese mismo que Morawiecki ha reducido del 23% al 8%… a costa de recaudar menos, claro está.

Pero Sánchez no. Entre las ‘grandes’ medidas, Sánchez ha anunciado una bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, para todos los ciudadanos (pero de la que sólo se beneficiarán los que paguen los repostajes y conduzcan, pero no los que no lo hagan), ampliando la medida para los transportistas que acordó para intentar poner fin al paro de dicho sector, y que ha entrado en vigor el 1 de abril. Eso sí, aportará 15 céntimos y las petroleras, los 5 restantes (en concreto, las que tengan una capacidad de refino en España y una cifra anual de negocios superior a 750 millones de euros, según recogía el BOE el 30 de marzo, condiciones que sólo cumplen Repsol, Cepsa y BP). Claro que en abaratar los carburantes la primera iniciativa no salió de La Moncloa, sino de Repsol, que después extendió a profesionales y autónomos, y el agradecimiento de Ribera provocó una guerra de precios con Cepsa y BP. ¡Ole! Pero la cosa no acaba ahí: el 1 de abril, Repsol ha sumado sus descuentos a los del Gobierno y los ha extendido para los clientes particulares que usen Waylet y los transportistas que tengan la tarjeta Solred a un mínimo de 30 céntimos y para el resto a 25 céntimos; y Cepsa le ha copiado, anunciando que también extenderá el descuento a 30 céntimos a los clientes del programa ‘Porque Tú Vuelves’ o de sus tarjetas profesionales y a 25 para el resto de usuarios; y BP no se ha quedado atrás, extendiendo el descuento a 30 céntimos a todos los particulares que presenten la tarjeta ‘Mi BP’ que les facilitará en las estaciones de servicio.

cotizaciones brent, gasolina y gasóleo

Paralelamente, hace unos días, en el Congreso de los Diputados, Sánchez criminalizó la energía nuclear aludiendo a que no era verde ni segura ni barata. ¡Todo mentiras, señor presidente, porque emite energía de forma estable, sin depender de factores meteorológicos, y no emite CO2! El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, le recordó que en Europa la han incluido en la taxononomía verde y que en Europa hay 178 reactores. Sin embargo, Sánchez y Ribera insisten en el error de sólo presumir de renovables y de no dar marcha atrás al cierre de los reactores que se hará de forma progresiva entre 2027 y 2035: para sustituir cada gigavatio nuclear, se necesitan cuatro de renovables. Es más, cada vez más países están apostando por la nuclear, entre ellos, Polonia, Francia y Reino Unido, y el Foro Nuclear defiende que España se sume al “renacimiento” de esta energía. ¡Toma nota, Ribera! Eso sí, Bal debería sacar de su lista a Alemania, que a finales de año completará el cierre de sus nucleares, pues como España, insiste en este gran error, mientras sigue quemando carbón y usando gas. ¡Cuánta energía ‘verde’, Alemania!, ¿no?