Hasta Boris Johnson apuesta por la nuclear y el Foro Nuclear, asociación española que lleva 60 años representando los intereses de dicha industria, defiende que España se sume al “renacimiento” de esta energía que se vive en muchos países de Europa. La vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, debería tomar nota y poner fin a su error, pues lo único que hace hasta ahora en este tema es insistir en el cierre de los siete reactores españoles que se hará entre 2027 y 2035.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico debería mirar a Bélgica, que le marca un buen camino: ha dado marcha atrás al cierre de dos reactores nucleares y ha prorrogado su vida útil otros 10 años. Ahora se suma otro de quien tomar ejemplo: el primer ministro británico considera que la nuclear “debe ser una parte importante del futuro sistema energético de Reino Unido, como fuente limpia, confiable y segura”, y quiere que represente el 25% del mix para 2050. Esto podría suponer la construcción de al menos media docena de grandes plantas nuevas entre 2030 y 2050, según Financial Times, un impulso que iría en la misma línea del adoptado por países como Francia o Países Bajos. Y es que cinco de las seis centrales nucleares que Reino Unido tiene operativas se habrán cerrado para 2030, si no hay cambios,... algo que también podría suceder, como ha pasado en Bélgica.

Por su parte, Alemania, que ha empezado el cierre de sus reactores hace unos meses, ahora se está planteando extender la vida útil de los tres que le quedan para asegurar el suministro de energía, tras la incertidumbre que hay en torno al gas ruso por la invasión de Ucrania, y que le ha llevado también a firmar un acuerdo con Catar para el suministro de gas natural licuado (GNL) y a reactivar viejas centrales de carbón. Sí, la ‘verde’ Alemania. Mientras que Finlandía, que sí que apuesta por la nuclear, celebra que ya haya arrancado la producción eléctrica del reactor Olkiluoto 3, el primer ejemplo que entra en funcionamiento en Europa de los reactores de tercera generación EPR -reactor de agua presurizada-. 

Boris Johnson considera que la nuclear “debe ser una parte importante del futuro sistema energético de Reino Unido, como fuente limpia, confiable y segura”, y quiere que represente el 25% del mix para 2050

Paralelamente, en el Congreso de los Diputados, la nuclear ha sido protagonista de la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico, por las comparecencias en la ponencia sobre las relaciones con el Consejo de Seguridad Nuclear, celebrada a puerta cerrada. Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, ha defendido que España al “renacimiento de la energía nuclear” que vivimos en varios países, citando a Francia, Países Bajos, Holanda, Polonia y República Checa. Y aunque sabe que hay un acuerdo con el Gobierno para cerrar los reactores, “si decide otro plan, nosotros estamos a ello”. Además, ha subrayado que la nuclear no emite CO2, aporta energía de forma estable y no contribuye al encarecimiento de la luz: “No presionamos en el precio y geoestratégicamente estamos mejor situados”, porque el mercado de uranio es más abierto y aunque suba de precio, su “impacto en la generación energética no sufriría mucho”. 

Tras Araluce, ha intervenido en la citada comisión parlamentaria Marcel Coderch, experto nuclear y expresidente de la Autoridad Catalana de la Competencia, aunque su postura es bastante distinta. En 2008 escribió, junto a Núria Almiron, el libro El espejismo nuclear: Por qué la energía nuclear no es la solución, sino parte del problema, y en su Twitter se hace eco de una recogida de firmas para apoyar “el argumento en contra de la energía nuclear como sostenible para las finanzas”. Y por último, ha llegado el turno de Alfredo García, ingeniero nuclear, supervisor de la central de Ascó y divulgador científico, autor del libro La energía nuclear salvará el mundo: Derribando mitos sobre la energía nuclear. Este último ha destacado que ha explicado su visión sobre el papel de esta energía en la transición energética de España y ha avanzado que “algunos diputados habían sido muy mal asesorados con datos sesgados, opiniones no respaldadas con evidencias científicas y un profundo desconocimiento de la energía nuclear”.