El multimillonario Elon Musk teme, y mucho, al grupo chino BYD. Por eso ha pedido barreras comerciales a las marcas de coches del gigante asiático, en una línea similar a la propuesta de un arancel universal del 10% por parte de Donald Trump, contradiciendo el proceso globalizador iniciado hace 50 años, como muy bien ha relatado Eulogio López en estas pantallas. Pero es que con aranceles o alguna medida de dicho estilo es la única forma de parar un poco los pies a la colonización china que ahora lidera Xi Jinping, que no tiene ningún reparo en usar de forma espuria el librecambismo.

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El fundador y CEO de Tesla ha señalado que las marcas automovilísticas del gigante asiático “tendrán un éxito significativo fuera de China dependiendo de qué tipo de aranceles o barreras comerciales se establezcan”, ha señalado en declaraciones que ha recogido The Guardian. Y es más, ha referido que “si no se establecen barreras comerciales, prácticamente demolerán a la mayoría de las empresas automotrices del mundo”. Musk habla con conocimiento de causa, porque la competencia china es uno de sus problemas y ya la ha notado con fuerza: en el cuarto trimestre de 2023, el chino BYD superó en ventas y en producción a Tesla, pero en el conjunto del año pasado este último sí logró mantener el liderazgo, con 1,84 millones de unidades fabricadas y 1,8 millones vendidas, superando las 1,58 millones y 1,57 millones, respectivamente, de BYD.

Con su victoria en los caucus de Iowa y en las primarias de New Hamphire, y el abandono de Ron DeSantis, como nos viene relatando con sumo detalle Rocío Orizaola, Trump tiene todas las papeletas para convertirse en el candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca, mientras el demócrata Joe Biden sigue fomentando el aborto. Recuerden que Trump, como se pudo ver en su etapa como presidente, ha vuelto a apostar por el movimiento MAGA (‘Make America Great Again’, es decir, ‘Hacer grande a EEUU otra vez’) como lema de campaña. Al otro lado del océano Atlántico, por ahora, solo Francia ha optado por poner algunas trabas a los coches eléctricos chinos: el país que preside Emmanuel Macron ha dejado sin ningún tipo de ayudas a su compra. 

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Musk tiene razones para estar preocupado por el fuerte auge de BYD. Y en especial después del freno en bolsa que ha tenido Tesla al prever un menor crecimiento para este año, tras caer el beneficio operativo en 2023 por la rebaja de precios y los mayores costes.

En esa colonización china a través del automóvil colabora el Banco Santander, porque financia BYD en Reino Unido, México y Brasil y no se sabe si lo hará en España, y también financia a la marca británica Lotus, que está controlada por el grupo chino Geely (que también es el primer accionista de Volvo Cars y de Volvo Group). En España, que aún está en crisis en el sector del motor, también se ve esa colonización china con múltiples marcas y por ejemplo, BYD vendió 628 turismos, aún muy lejos de los 13.242 de Tesla y de las tres firmas del podio (la japonesa Toyota, con 79.883; la surcoreana Kia, con 66.245; y la alemana Volskwagen, 63.871).

En nuestro país, se han vendido 949.359 turismos el año pasado, sin cumplir las previsiones a pesar de aumentar un 16,7% respecto a 2022, pero aún son un 24,55% inferiores a las de 2019 (1.258.260 unidades). En producción, se ha logrado rezar con un buen dato (2.451.221 vehículos, un 10,4% más), aunque aún son un 13% menores a las del último año preCovid, según los datos publicados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Y en exportación, España se ha situado con 2.201.802 coches, un 13,9% más que en 2022 y nueve de cada diez vehículos hechos en nuestro país circulan fuera de nuestras fronteras.