Ana Botín ha estado presente en el Foro de Davos la semana pasada (aunque no pudo estar en el encuentro entre empresarios españoles y Pedro Sánchez), una gran cita económica global y bastante occidental, de hecho tiene poca relevancia para el gigante asiático (asistió el primer ministro chino, Li Qiang, en vez del presidente, Xi Jinping). Y ante esto llama la atención que la banquera colabore en la colonización china a través del automóvil y obvie la falta de reciprocidad en dicho país tanto para los grupos automovilísticos de otros países como para los bancos.

Ya saben que el gigante asiático no tiene problemas para vender en Occidente sus productos, aunque como a la mayoría de las marcas asiáticas no le gusta eso de crear empleos industriales fuera de sus fronteras porque las condiciones laborales no podrían ser tan precarias y le supondrían costes más altos. Al mismo tiempo, pone múltiples trabas a las empresas que se quieren instalar allí para producir y vender sus productos. Lo que supone, como diría el refrán, una tarea de chinos...

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El banco que preside Ana Botín, el Banco Santander, financiará los coches de la marca china BYD en algunos de sus principales mercados (Reino Unido, México y Brasil), pero aún no se sabe si lo hará también en España, según Expansión. Esto no es baladí, porque esta marca aterrizó en nuestro país el pasado marzo (ha vendido 628 turismos en 2023) y en el cuarto trimestre superó a nivel mundial al estadounidense Tesla tanto en ventas como en producción.

El Santander también financia a la marca automovilística británica Lotus, que controla el gigante chino Geely (dueño a su vez de los suecos Volvo Group y Volvo Cars y de su filial de coches eléctricos premium Polestar), en varios países: Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, Austria y ahora también en EEUU. Al mismo tiempo, financia a la británica Ineos Automotive, que surgió en 2017 dentro de una empresa de larga trayectoria química. Esto último sí es mucho más loable por parte del banco, al igual que si lo hace con otros fabricantes automovilísticos occidentales, en lugar de con los chinos, pues dicha financiación constituye una parte relevante dentro de su negocio de consumo