El PNV, como acostumbra, ha vuelto a sacar tajada de la necesidad del Gobierno central de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Lo hizo con Felipe González, con José María Aznar, con el Gobierno de Mariano Rajoy -al que le sacó un pastizal, aunque luego le traicionó votando a favor en la moción de censura que aupó a Sánchez a la Presidencia del Gobierno-  y lo vuelve a hacer ahora con el Ejecutivo social-comunista, necesitado de apoyos para dar sus cuentas. Y para cobrarse su apoyo en la citada moción de censura…

Hoy ha salido en rueda de prensa su portavoz parlamentario Aitor Esteban disimulando la tajada en que todavía están negociando: no hay un acuerdo para "la aprobación presupuestaria por parte del PNV, ha dicho, sino que los acuerdos a los que han legado son solo “un avance”.

Según ha explicado Esteban, han pactado un primer paquete de enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que incluyen la eliminación del impuesto al diésel, una partida de 6 millones de euros para el proyecto de soterramiento del barrio de Zorrotza (Bilbao), una inversión de 50 millones de euros para un plan renove de máquina herramienta y la creación de una nueva figura contractual para el desarrollo de la formación dual universitaria, informa TVE.

En lo de la eliminación del impuesto al diésel se adelanta a Ciudadanos, que también lo había propuesto. ¿Es un mensaje de Sánchez a Inés Arrimadas: o sea, no cuento conigo?

Hay que entender los mensajes que se dan en un momento en que la presión a la industria es muy fuerte

Sobre el diésel, ha dicho, "somos conscientes de que hay que seguir avanzando a una fiscalidad verde", pero también, "hay que entender los mensajes que se dan en un momento en que la presión a la industria es muy fuerte", por lo que la aplicación inmediata de este impuesto podría suponer "la desaparición de muchos, de miles de puestos de trabajo".

Pero el plato fuerte del «menú», reconocen en Bilbao, se cuece en en el reparto de los fondos europeos. Los nacionalistas quieren un puesto de honor en esa mesa, cuenta ABC.

Además los gobiernos de Sánchez y de Urkullu libran estos días la negociación para el traspaso de competencias, una primera remesa en la que entran la competencia de prisiones, por citar solo la más polémica. Los de Andoni Ortuzar serán inflexibles: «no se renegocia lo que está negociado», añade ABC.

Y es que estos chicos del PNV son muy solidarios con el resto de los españoles…