• El ex director de El Mundo regresaría al hogar y volvería a ser el periodista más influyente.
  • Ojo, Castellanos compraría por tercera vez el mismo activo en busca de la tercera plusvalía.
  • Y no le haría ascos a unir en la operación al diario ABC. Es consejero de Vocento.
  • Coincide con las exigencias de Italia a Unidad Editorial: más ingresos y más control de gastos.
  • El puesto de Fernández-Galiano, en el aire: han rechazado su último presupuesto para 2017.
No hay dos sin tres, piensa Jaime Castellanos, ese empresario de los medios de comunicación que como tal aparece hasta en la Wikipedia (todo un honor), aunque lo es también de más cosas. Y tampoco hay dos sin tres en otro ring en el que figuran, además, otros dos actores: Urbano Cairo, principal accionista de RCS Mediagroup y Antonio Fernández-Galiano, presidente de la filial en España, Unidad Editorial, propietaria, entre otros medios, de El Mundo, Marca y Expansión. El dos sin tres, en el caso de Castellanos, es porque quiere comprar Unidad Editorial al grupo italiano, operación con la que completaría un nueva vuelta de tuerca, si llega, sobre el mismo activo, cada vez más gordo. Y los otros dos actores, Cairo y Galiano, se confunden por la propia situación de Unedisa. Cairo es consciente del saco de pérdidas que supone El Mundo en las cuentas del grupo y exige a Fernández Galiano más ingresos y mayor control de gastos, lo que deja en el aire su cargo. Es la razón por la que ha tumbado el último presupuesto para 2017 presentado por Galiano. Comencemos desde el principio. La intención del cazaoportunidades Castellanos se entiende en medio de esa situación y sería su tercera operación sobre el mismo grupo. Recuerden que recompró Recoletos en 2004, junto a otros accionistas, al grupo británico Pearson -que lo había adquirido años atrás- y lo vendió en 2007 a los italianos de RCS Rizolli. En los dos casos, con jugosas plusvalías y con Castellanos como  presidente y máximo accionista. La primera venta de Recoletos, a Pearson, también fue jugosa. Con este caso, la operación es más ambiciosa, al llevar aparejado otro propósito: la fusión posterior con El Español de Pedro J. Ramírez, que recuperaría así la gloria perdida, o lo que es lo mismo: volvería a ser, con el retorno al viejo hogar, el periodista más influyente de España. ¿Medios? Castellanos es el presidente del banco de inversión Lazard y juega a pachas con Borja Prado, todavía presidente de Endesa y, sobre todo, el hombre en España del banco de inversión italiano Mediobanca (un vendepatrias también, como informábamos ayer jueves al haber utilizado el diario Expansión en el compás alterado del Banco Popular). Jaime Castellanos tampoco le haría ascos, dicho sea también, a unir en la misma operación al diario ABC, que aprieta con la misma que a Galiano en Unedida, a Luis Enríquez, consejero delegado de Vocento. Castellanos es consejero, recuerden, de Vocento, que cotiza en bolsa (un termómetro). La historia se completa con los otros dos elementos del ring al que nos referíamos al principio: Urbano Cairo y Antonio Fernández-Galiano. El primero se hizo en julio, como saben, con el 50,13% de RCS Mediagroup mediante una OPA, y tiene un ojo puesto desde entonces -bastante crítico- en Unidad Editorial. Y el segundo, Galiano, por las exigencias del primero. Dicho de otro modo. Cairo no está contento, que se dice, con las pérdidas del buque insignia, El Mundo -y su efecto contaminador sobre el resto del grupo editorial-, lo cual tiene su efecto sobre la cotización en bolsa de la matriz italiana. Está convencido de que Unidad Editorial le hace bajar. Por eso vigila de cerca la situación (también con viajes para conocer la situación de primera mano), al mismo tiempo que echa en cara a Galiano la caída de ingresos en varias de las publicaciones de grupo. Compleja situación para Antonio Fernández-Galiano, en cualquier caso, que ya ha aguantado lo suyo en el grupo. El presidente se vio obligado a hacer de verdugo en la salida de Pedro J. Ramírez y el último plato de sabor ácido ha sido el plan de ajuste que ha tenido que encajar, este mismo año, con despidos incluidos (más de un centenar). Rafael Esparza