Dicen que el cocodrilo llora mientras despedaza a sus víctimas. Por eso, resulta un animal escasamente simpático. Pues bien, el espectáculo narcisista y adolescente -éste último adjetivo corresponde a Alberto Núñez Feijóo- de Pedro Sánchez, que produce sonrojo en toda persona adulta sería cosa de risa si no fuera porque ha disparado, aún más, el rasgo distintivo de casi seis años de Sanchismo: el guerracivilismo, hoy denominado polarización.

De repente, los de Manos Limpias ya no eran los honrados ciudadanos que pusieron en el banquillo a Urdangarín y a la infanta Cristina, sino un "sindicato ultraderechista"

Un enfrentamiento que es político, social y mediático: RTVE se pasó todo el jueves 25 de abril, festividad de San Marcos evangelista, hablando de que los medios que denunciaban el tráfico de influencias de Begoña Gómez eran medios "digitales"... como si hoy todos los medios no fueran digitales y como si el hecho no revelara otra cosa que el aplaudible fracaso, gracias a Internet, del oligopolio de la prensa tradicional, de los señores de la prensa, de izquierdas y de derechas, que se han convertido en un puñado de instrumentos serviles al poder político, al poder económico y al poder cultural-informativo.

Mientras, los grupos de PRISA (El País, La SER y el 'Jacinto Post') alentaban la 'caza del juez', provocando que hasta las asociaciones judiciales pidieran respeto a los tribunales. La verdad es que el juez, por el momento, lo único que ha hecho es admitir a trámite la denuncia y podría archivarla mañana.

Sánchez dijo que el Rey de España, Juan Carlos I, debía explicaciones a los españoles, pero él no está obligado a darlas porque ama a su esposa. Pues 'el emérito' ha ganado todos sus juicios, aquí y en el Reino Unido, mientras el inquilino de Moncloa moviliza a 'su' Fiscalía para que ni tan siquiera se inicie la instrucción

Por menos que esto, se montó la cacería de Moncloa contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, por el enfrentamiento de su pareja con la Agencia Tributaria y con datos filtrados por la mismísima vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, que se está cubriendo de gloria.    

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Así que, de repente, Manos Limpias ya no eran los honrados ciudadanos que pusieron en el banquillo a Iñaki Urdangarín y a la infanta Cristina, sino un "sindicato ultraderechista" que calumnia a la señora de Sánchez. Incluso ¡cuánta maldad! algún diario, digital por supuesto, se ha atrevido a recordarle a doña Begoña las actividades de su familia.

En cualquier caso volviendo a la denuncia de Manos lImpias, y como dice Borja Sémper -hasta el portavoz del PP puede decir algo más que tautologías, de vez en cuando- lo importante no es quién interpone una denuncia sino el contenido de la misma.

Dejen en paz a la familia, ¿también a la pareja de la presidenta de la comunidad de Madrid, Alberto González, sobre quien pesan acusaciones menos graves que sobre el presidente del Gobierno central?

Volvamos al cocodrilo narcisista: en su momento, recuerden, Sánchez dijo que el Rey de España, Juan Carlos I, debía dar explicaciones a los españoles por su conducta, pero Sánchez no está obligado a darlas porque 'ama a su esposa'. Pues resulta que 'el emérito' ha ganado todos sus juicios, aquí y en el Reino Unido, mientras el inquilino de Moncloa moviliza a la Fiscalía para que ni tan siquiera se inicie la instrucción del juicio contra su señora, que es un juicio contra él.

Como asegura un tuit de éxito en España, tras enumerar algunas de la mentiras de don Pedro, y tras la declaración de amor a su esposa, doña Begoña debería buscarse cuanto un buen abogado matrimonialista.

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Otro de los tópicos en este festival del cocodrilo: dejen en paz a la familia, ¿también a la pareja de la presidenta de la comunidad de Madrid, Alberto González, sobre el que pesan acusaciones menos graves que sobre el presidente del Gobierno central? Sí, porque la acusación de doña Begoña es muy clara: el señor Javier Hidalgo, de Air Europa, le ayudó en sus muy humanitarias actividades y su esposo salvó de la quiebra a Globalia- Air Europa, con una aportación de dinero público que rondó los 1.000 millones de euros. Por mucho menos que eso Antonio Costa, el socialista portugués presentó la dimisión de su cargo -ojo, defendiendo su inocencia- mientras Sánchez exige adhesión inquebrantable  a su persona... porque el ama mucho a su señora y alguien le ha metido una demanda... falsa, naturalmente.

Así comienzan todos los totalitarismos: primero se silencia al discrepante porque es un ultra que odia, luego se le hace desaparecer de la foto y se le condena al anonimato... o directamente se le encarcela

El espectáculo es, en efecto, adolescente y narcisista. Lágrimas de cocodrilo al que de repente, en un ejercicio de cursilería nacional generalizada, se han unido todos los orcos de Mordor: comunistas y separatistas y ex terroristas, jaleando a Sanchez con entusiasmo: no te vayas querido Pedro: quédate con nosotros.

Era lo que buscaba el cocodrilo adolescente: ahora tiene más razones para terminar con los brotes de libertad que queden en la administración de justicia, en la prensa -digital, por supuesto, es decir, el pseudoperiodismo- y cualquier rasgo de oposición al líder... a él.

Así han comenzado todos los totalitarismos: primero se silencia al discrepante porque es un ultra que odia, luego se le hace desaparecer de la foto y se le condena al anonimato... o directamente se le encarcela. Pero todo ello sufriendo mucho, con lágrimas... de cocodrilo.