• Indra perdió dinero en 2014 y la bolsa se venga.
  • Primera pregunta: ¿Abril debe dar dividendo?
  • La remodelación del nuevo presidente se prevé profunda: no quiere reducir plantilla, sino equipos directivos.
  • Por de pronto, solucionará el enfrentamiento entre el ceo Javier de Andrés y el director de internacional, Emilio Díaz.
  • En el aire, el director financiero Juan Carlos Baena y el de Transporte, Rafael Gallego.

¿Cómo interpretar los malos resultados de Indra en 2014? Pues en primer lugar porque son pobres, ciertamente.

En segundo lugar, porque el nuevo presidente, Fernando Abril Martorell ha hecho un ejercicio de saneamiento extraordinario, que es lo que suelen hacer los presidentes cuando sustituyen a otro al final del ejercicio: "esto no es culpa mía, sino de la herencia recibida, y cuando comparen ustedes mi primer ejercicio -2015- con el de 2014, mi gestión resultará más favorecida".

En cualquier caso, tenemos un resultado negativo, lo que lleva a la primera cuestión que debería plantearse Abril-Martorell: repartir o no repartir dividendo. La bolsa ya le ha castigado con cerca de un 6% de bajada y lo otro sería la puntilla. Pero a la SEPI y  a los March, principales accionistas, no tiene por qué gustarles.

Lo más importante, para una empresa con números rojos de 92 millones de euros, una provisión de casi 300 millones de euros para provisiones no dice nada bueno. Y que el ebitda caiga un 24%, tampoco. Y que la deuda aumenta, hasta los 663 millones de euros, no ayuda. La cifra de facturación crece, aunque muy poco. No obstante, no deja de ser el punto donde agarrarse.

Y a partir de aquí, a ponerse las pilas. Además de reducir o anular dividendo, Abril Martorell tiene que afrontar ajustes. No quiere que sean ajustes de plantilla, sino de equipos directivos. Lo más importante: solucionar el enfrentamiento entre el Ceo, Javier de Andrés (en la imagen), y un hombre clave en Indra: el director de Internacional, que opera desde Brasil, Emilio Díaz. Lo cierto es que el puesto de Javier de Andrés está en el aire.

Además, de Andrés, al igual que el director financiero, Juan Carlos Baena, tienen un problema... que ambos son financieros, especializad del nuevo presidente.

También aparece en línea de salida el responsable de Transporte y Tráfico, Rafael Gallego.

Pero, sobre todo, Fernando Abril-Martorell quiere terminar con cargos directivos intermedios y con equipos demasiados costosos para su gusto. En definitiva, que el ajuste vendrá por la parte superior. O al menos eso es lo que el propio Fernando Abril ha presentado a la superioridad. En este caso, SEPI, los March y Telefónica. No sé si por ese orden, no sean tan curiosos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com