• Por el contrario, Hollande quiere un acuerdo inmediato que inhabilite el referéndum.
  • Al otro lado, las contradicciones de Tsipras: mantiene el referéndum, pero intenta llegar a un acuerdo al margen de la consulta.
  • Y es que Syriza no puede escapar a su promesa.
  • Y ahora, ¿qué pasaría si Tsipras dice sí a Europa y los griegos dicen no?
Durísima la reacción de la teutona Angela Merkel al chalaneo mediterráneo de Tsipras (ambos en la imagen). ¿No queríais referéndum? Pues entonces no hay acuerdo hasta que el pueblo griego se pronuncie. Sabe Merkel que Tsipras quedaría en pésimo lugar. Se engalla con el referéndum cuando ya había aceptado las condiciones de la Troika. ¿No querías referéndum?, responde Alemania, pues haz el referéndum, hasta entonces ni me muevo. Y ahora, ¿qué pasaría si Syriza llega a un acuerdo y, sin embargo, los griegos dicen no en elreferéndum? Como mi gran boda griega. Mal por Tsipras, un neocomunista fullero y mal por Merkel, una alemana que habla de solidaridad, pero que no perdona a los rebeldes a Berlín. No sólo quiere que paguen: quiere verlos humillados. Pase lo que pase, está claro que ninguno de los dos vale mucho y que así no se construye Europa. Eulogio López eulogio@hispanidad.com