Malos datos, los publicados este miércoles por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. En los seis primeros meses del año, España registró un déficit comercial de 14.711,8 millones de euros, un 0,9% superior al del año anterior. Me dirán que es un crecimiento muy inferior al registrado en junio de 2018, cuando subió un 31,5% y es cierto, pero también lo es el hecho de que los 14.711 millones supone alcanzar el nivel más alto desde 2012. Mal vamos, sobre todo porque la recuperación de nuestra economía se ha sustentado, principalmente, en las exportaciones.

Y sí, también es cierto que han aumentado (+1,7%) gracias a las exportaciones de bienes de equipo (+6,7%), alimentación, bebidas y tabaco (+3,5%) y productos químicos (+3,2%), pero no lo han hecho tanto como sería deseable porque la caída del sector del automóvil, cuyas exportaciones han retrocedido un 5,7%.

Mal vamos, sobre todo porque la recuperación de nuestra economía se ha sustentado, principalmente, en las exportaciones

Las importaciones han aumentado en bienes de equipo (4,5%), productos energéticos (0,6%) y productos químicos (6,7%). Las del sector del automóvil han disminuido un 2,5%.

Así las cosas, la tasa de cobertura -cociente entre exportaciones e importaciones- se situó en el 90,9%, en línea con el dato de 2018.

En resumen: que aumente el déficit comercial es una mala notica, pero más ahora, que la recuperación de nuestra economía depende muy mucho de las exportaciones. Y además, recuerden: exportar supone crear empleo en España. Importar, crearlo fuera.