Observen el cuadro adjunto. A principios de siglo los tipos de interés en Estados Unidos andaban en el 6%, ahora están en el 32%. En Europa, el euro empezó a existir con tipos por encima del 3%. Hoy anda en negativo.

De hecho, la era del dinero fácil y los tipos bajos empezó ya en el siglo XX pero fue en el XXI cuando la práctica se convierte en doctrina y se dispara el océano de liquidez en el que ahora se desarrolla la economía mundial.

Todo ello, además, gracias a algo que tiene despistados a los economistas: la temida inflación ha desaparecido de la escena mundial, así que el dinero no sólo es barato, es que el precio del dinero es negativo.

Más dinero fácil: el probable nombramiento de Judy Shelton y Christopher Waller para la Reserva Federal

Los hay que se alegran de los tipos bajos porque eso da a la banca, mientras la clase política vende que con tipos bajos hay más inversión. La verdad es que el prestamista no concede créditos, y más con tipos tan bajos, si no tiene asegurado el margen y la devolución del dinero. Con estos márgenes tan estrechos, una morosidad mínima se convierte en máxima.

Por tanto, dinero más barato no significa más crédito inversor.

Pero lo que sí significa, en cualquier caso, es que los políticos responsables (apenas el 101 por 100 de la clase política mundial) se lanzan a un endeudamiento sin límites.

Ejemplo: España, durante el mandato de José María Aznar, el hombre de la transición entre las dos centurias, se situó por debajo del 50%: hoy están en el 100 por 100 del PIB.

El siglo XXI ha consagrado la era del dinero fácil y el endeudamiento público

Así que el ascenso de Lagarde al BCE eternizará la política de tipos bajos y ha caído bien en la bolsa. A esto se une el probable nombramiento, por parte de Donald Trump, de Judy Shelton o Christopher Waller como nuevos miembros del Directorio la Reserva Federal. Ambos son partidarios del océano de liquidez y los tipos a cero.

Conclusión: Lagarde, que ha sido bien recibida por los mercados financieros -cómo no- mantendrá la era del dinero fácil y conseguirá objetivos muy relevantes:

1.Devaluar el conjunto de la economía mundial.

2.Animar a los políticos irresponsable a aumentar el endeudamiento soberano…

3.Hundir el negocio bancario cuyo reflotamiento pagaremos entre todos.