Sr. Director:

La Fiesta de los Santos Inocentes (28 de diciembre) siempre fue muy popular. “Celebramos la Fiesta de los Santos Inocentes, de los mártires, porque Herodes quiso asegurarse de que matando a los niños en aquellos alrededores eliminaría a quien pensaba que venía a arrebatarle el reino. Murieron, ya, por el nombre del Señor”, señaló el cardenal Blázquez el pasado 28 de diciembre.

Enorme salvajada de un rey ególatra. Hoy, la matanza de tantísimos niños en el vientre materno, permitida por gobiernos “democráticos” (una paradoja), hace que los defensores de la vida tengan en cuenta esa fecha. En Madrid, junto a la Dator, de la Red Planned Parenthood, fue arrastrado por la policía, el doctor Poveda, que sueña con convertir el centro abortista Dator en una guardería” (Actuall, 28-12-2019). Como dijo Abby Johnson, antes directora de  clínica abortista en EEUU (dejó el cargo en 2009, cuando  contempló un aborto por ultrasonid y su caso llegó al cine en 2019, en la película titulada Unplanned -Inesperado, en español-): “No hay algo más miserable en la vida que matar a esos seres que se están desarrollando y creciendo. Si supieran lo que es y supone el aborto, tanto para el bebé como para la madre, todas las conciencias se despertarían y nadie permanecería apático.