Estaba el diputado de Podemos Nacho Escartín interviniendo en el Congreso aragonés, desde donde respondía a las palabras del portavoz de Vox respecto a las informaciones sobre inmigrantes infectados con coronavirus que llegan a las islas españolas y son realojados en complejos de lujo. Escartín tachaba los argumentos de Daviz Arranz de carentes de humanidad y corazón -en Podemos son muy sentimentales- y pedía a Vox que dejara de "meter mentiras xenófobas" en las Cortes de Aragón.

Casi al final de su intervención el diputado de Podemos perdió por un momento el hilo de su intervención: una diputada de Vox había pasado por delante de él y... se había santiguado... y había dicho Amén. Escartín se giró hacia la presidenta de las Cortes expresando que no se podían tolerar "este tipo de actitudes". Actitudes de extrema derecha, suponemos. 

Si supiera Escartín que en la formación de Santiago Abascal se ha llegado incluso a debatir que los diputados del partido se santiguaran durante los minutos de silencio -expresión masónica- para reflejar que se está rezando. ¿Cómo lo calificaría el diputado podemita?