Estamos invadidos por la emergencia climática. Parece que el mundo se acaba. Ya lo dice Greta, nuestra casa está ardiendo, así que, con estas predicciones… ¿qué mejor que vivir en una continua celebración? Da igual lo que festejemos, lo importante es disfrutar de cada día.

Vamos a ver qué nos encontramos: sin ir más lejos, el viernes 11 de octubre es el día internacional del huevo, para destacar los importantes beneficios del huevo en la nutrición y la salud humanas. No hacen falta más razones.

Pero, también tenemos, por ejemplo, el día de agradecimiento al papel de burbujas, celebrado el último lunes de enero. ¿Por qué? Pues, según sus impulsores porque “es un juguete barato y poco peligroso”. Depende de la cantidad de papel que use el niño y cómo lo use…

El 9 de mayo se celebra el Día de los Calcetines Perdidos. Parece que un ciudadano británico perdió nada más y nada menos que 50 pares en 2 años y decidió crear una movilización en Facebook y muchos consideraron su propuesta. Tal fue la presión que en muchas partes del mundo de solidarizaron con él.

Día mundial del ovni. 2 de julio los organizadores de dicho evento- con grandes reuniones de creyentes en todas las partes del mundo- aprovechan el tirón que le dan los medios de comunicación para exigir a todos los gobiernos que no oculten aquellos casos que lleguen a sus oídos para evitar alertar a la población.

Y, por supuesto, no podía faltar una jornada dedicada a las mascotas. En este caso, el 22 de junio es el día de llevar el perro al trabajo.

Hay empresas que ya permiten esta opción- y durante todos los días- como es el caso de Google. ¡Qué detalle!

Así podríamos seguir con una larga lista de ocurrencias para celebrar… Antes de que el mundo se extinga.