• Xavier Novell relacionó la homosexualidad con la ausencia de la figura paterna en las familias.
  • De nada le ha servido firmar el escrito a favor del derecho a decidir de los catalanes.
  • El párroco de la Inmaculada Concepción, de Hospitalet de Llobregat, no se calla y publica una durísima carta a los obispos de Cataluña.
La Iglesia en Cataluña atraviesa un momento difícil que se podría resumir con dos palabras: ataques y politización. Los ataques, los sufridos el domingo por el obispo de Solsona, Xavier Novell, a la salida de la parroquia de Santa María de l'Alba, en Tàrrega (Lleida), donde había confirmado a un grupo de jóvenes. Como recordarán, el domingo 21, Novell cuestionó si la homosexualidad se debe "a que en la cultura occidental la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, difuminada". Desde entonces, el obispo no ha parado de recibir todo tipo de críticas, que han alcanzado su máxima expresión este domingo, tras la citada ceremonia en Tàrrega, cuando un centenar de personas le ha increpado con insultos y gritos. Al final, la policía le tuvo que escoltar hasta su coche. A estos ataques se une la politización que sufre la Iglesia en Cataluña. Porque los obispos catalanes, Novell incluido, firmaron, el pasado día 11 de mayo, una nota en la que apoyaban el referéndum independentista. "Conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán, para que sea estimada y valorada su singularidad nacional, especialmente su lengua propia y su cultura", señala el escrito. Un texto que no le ha servido a Novell para escapar del ataque LGTBI y que, por otro lado, no ha dudado en criticar el párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, de Hospitalet de Llobregat, Custodio Ballester, en una carta abierta dirigida a los obispos catalanes. "Me duele profundamente que en su nota conjunta, los obispos de Cataluña no hablen del Pueblo De Dios (que es el que la Iglesia nos confió), sino sólo del pueblo de Cataluña (el medio pueblo de Cataluña que tiene el poder y por el que parecen apostar) elevándolo así a categoría teológica; me duele que no se nombre en ningún momento ni a Cristo ni a su Iglesia y se prescinda del anticristianismo radical de ese 'pueblo de Cataluña' que ha profanado ya los símbolos más sagrados de nuestra fe", asegura Ballester. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com