Los obispos españoles aún se sienten prisioneros del Partido Popular, cuando lo cierto es que el PP y el Gobierno Mariano Rajoy tienen de católicos lo mismo que yo... de obispo de Manila. 

El miedo de la jerarquía católica parece consistir en que venga otro peor. Una tontería: el que venga siempre será peor que el anterior.

Lo que tienen que hacer los obispos españoles es hablar y no callar. Porque su función no consiste en llevarse bien con el Gobierno sino en instruir a su grey. Que es, justamente, lo que no están haciendo.

Mejor una Iglesia pobre pero libre, mejor una jerarquía perseguida por el poder que financiada por ese poder.