
Tanto la ministra de Igualdad, Ana Redondo, como la experta jurista y eurodiputada Irene Montero, consideran que la sentencia se queda muy corta.
Y es que el magistrado de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández-Prieto, sentencia que el beso no fue consentido pero que no hubo coacciones, ni por parte de Luis Rubiales ni por los otros tres acusados por este delito, el exseleccionador femenino, Jorge Vilda, el ex responsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera, y el exdirector de fútbol de la selección masculina, Albert Luque.
Además de la multa, Rubiales tiene prohibido acercarse a Hermoso en un radio de 200 metros y comunicarse con ella durante un año.
La sentencia es recurrible.
Cuando no hay consentimiento hay agresión y eso es lo que certifica el juez en esta sentencia. Con independencia de que se recurra por parte de la Fiscalia, la palabra de la víctima se respeta, tal como marca la ley, y no debe cuestionarse. https://t.co/i5aM6I6jpS
— Ana Redondo (@_anaredondo_) February 20, 2025
Señora ministra, ¿cómo que la palabra de la víctima no debe cuestionarse? ¿Y si es una denuncia falsa?
Hace no tanto era impensable que la justicia reconociese un beso no consentido como agresión sexual. El feminismo lo está cambiando todo: sólo sí es sí
— Irene Montero (@IreneMontero) February 20, 2025
Pero aún queda camino por hacer: la multa y la reparación es mínima, sin inhabilitación y no se reconoce su posición de poder
A continuación, una respuesta al tuit de la eurodiputada podemita, de parte del abogado penalista, José María de Pablo:
Dos correcciones a este tuit:
— José María de Pablo (@chemadepablo) February 20, 2025
1. Un beso no consentido con contenido sexual es delito desde mucho antes de nacer Irene Montero.
2. Se le ha impuesto una multa mínima, y no prisión, porque lo permite la Ley del Sí Es Sí, que introdujo el art 178.4 CP.https://t.co/ILFgNN0mchhttps://t.co/yxHdeURynn
Efectivamente, las cosas están cambiando desde la ley del Sólo sí es sí, sobre todo para los condenados que han visto rebajadas sus condenas gracias a esta norma impulsada por Irene Montero.