Sr. Director:

Tras la muerte del Rey Fahd de Arabia Saudita, el presidente del gobierno español, en una muestra más de su desconcertante errática y caótica política exterior ha decidido proclamar un día de luto oficial en España. Esta jornada iguala a la que se ordenó con motivo de la muerte de Juan Pablo II el pasado abril ignorando el hecho de que España es un país formalmente y por tradición histórica y cultural mucho más cercano al Papa y a los valores que éste representa y no al monarca saudita.

Por otra parte, no es posible pasar por alto que el rey Fahd, por cuya muerte Zapatero ha mostrado un pesar tan fulminante como no lo quiso mostrar por el Papa, era un tirano de cuyo país el informe de Amnistía Internacional de 2003 decía: "Siguen cometiéndose graves violaciones de derechos humanos... Sigue vigente un sistema de justicia penal secreto con partidos políticos, sindicatos y organizaciones de derechos humanos prohibidas. Se detuvo a centenares de presuntos activistas religiosos y críticos con el Estado. La condición jurídica de las personas detenidas en los años anteriores sigue manteniéndose en secreto. Las mujeres continúan siendo objeto de grave discriminación. La tortura y los malos tratos son prácticas muy extendidas." (1). Y eso por no hablar de las ejecuciones públicas por docenas cada año, las flagelaciones colectivas y las mutilaciones que convierten al país árabe en palabras de AI en "un terreno abonado para la tortura impune". ¿O es que quizá  los valores de Fahd son los verdaderos valores del "talante" zapateril?

Jorge Ros Enseñat

 

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