Sr. Director: 
Cuando Enrique IV de Navarra veía peligrar su ansiado trono como rey de Francia pronunció la ya celebre frase: París bien vale una Misa.

 

Estos días esta frase recupera todo su vigor con la pintoresca situación en que se ha producido la invitación al presidente Zapatero para acudir al tradicional Desayuno de oración que se celebra anualmente con asistencia del presidente de los Estados Unidos y de numerosas personalidades.

La foto con Obama, a todas luces, bien vale una oración... aunque no se crea en nada que roce siquiera la vida espiritual. En todo caso, Enrique IV, que era protestante, no dudó en convertirse al catolicismo con tal de asumir el Trono de Francia. En este caso no cesan las preguntas y las explicaciones de por qué ha aceptado Zapatero acudir a una oración comunitaria si no cree en nada que no sea su ideología nihilista.

Curiosamente, la tradición de estos desayunos de oración -¿qué oración hará Zapatero?- lleva consigo un discurso del presidente de los Estados Unidos y de otra persona designada horas antes del acto, es decir, que nadie sabe quien será designado por los organizadores. ¿Qué diría Zapatero en caso de ser designado? ¿Llevará preparada una oración por si acaso o mostrará su laicismo con toda crudeza?

Zapatero tendrá el honor de haber participado en el mismo foro que en otras ocasiones ha intervenido el ex primer ministro británico Tony Blair, la madre Teresa de Calcuta, la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, el rey Abadalá de Jordania, el cantante católico Bono, el español Hernádez Mancha, etc.

Su asistencia a todas luces parece una incongruencia, pero ¡que caramba! una buena foto bien vale una oración debe pensar Zapatero, además, no vendrá de una incongruencia más.

Jesús Domingo Martínez