Sr. Director:

¡Qué bonito es que el Papa Alemán llegue a Polonia y le reciban como si fuese el mismísimo Juan Pablo II! Es increíble que, después de lo que ocurrió entre Alemania y Polonia en la Segunda Guerra Mundial, sea posible una reconciliación así.

Es una maravilla que los hombres seamos capaces de estas cosas. A veces nos quedamos en una visión negativa, y sólo nos fijamos en las guerras y demás desgracias provocadas por el hombre. Pienso que la capacidad de perdonar es una de las grandes cosas que tenemos, y en estos días se está poniendo de manifiesto de forma evidente.

Esta es una de las razones por las que uno se alegra de ser católico : la capacidad de unir a la gente por encima de las fronteras y de las desgracias de la Historia.

José María Saldaña Medina

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