La conocida directora y guionista Callie Khouri (responsable de historias como Thelma y Louise o Algo de que hablar) se pasa a la comedia de ladrones de guante blanco pero con una bonita amistad en su trasfondo.

Bridget Cardigan es una señora de clase alta cuyo nivel de vida cae en picado cuando su marido se queda en el paro. Para hacer frente a la crisis económica Bridget busca trabajo pero, por su edad madura, sólo lo encuentra como señora de la limpieza en el Banco de la Reserva Federal. Allí pronto se da cuenta de que la solución a sus problemas se haya en  apropiarse de los billetes que son destruidos por el mal estado en que se encuentran. Pero para esta complicada hazaña necesita dos cómplices tan invisibles como ella

Aunque evidentemente estamos ante una historia algo amoral (el robo siempre lo es) y, desde luego, increíble; el ritmo ágil de esta película y, sobre todo, la humanidad que destilan los personajes principales enganchan al espectador. De tal forma que, como suele ocurrir con otras películas de ladrones de guante blanco (por ejemplo, Oceans Eleven), una vez metidos en la trama disculpamos perfectamente de su delito a las tres protagonistas: la madre soltera con cargas familiares que pretende un futuro mejor para sus hijos, la señora bien que no quiere ver naufragar su matrimonio y la locuela generosa que se apunta a un bombardeo

Además, la cosa va sobre ruedas si se cuenta con el aliciente de que estas tres mujeres están interpretadas por grandes actrices como Diane Keaton, Katie Holmes (simpatiquísima en su papel) y la siempre eficaz Queen Latifath (vista en el musical Chicago). 

No hablamos de una gran película pero sí de un divertido entretenimiento.

Para: Los que quieran pasar un rato divertido