Sr. Director:
Personalmente ni me gustan los toros ni he ido nunca a ver alguna corrida.

 

Pero si yo fuera toro, preferiría vivir libre pastando por las dehesas y morir luchando como los toros de lidia, a permanecer toda la vida estabulado en un cubículo y que me maten  colgado de un gancho con una descarga eléctrica como les pasa a los toros de engorde.

No entiendo por ello que quienes se oponen a que se maltrate a los toros, no sean todos ellos vegetarianos y se coman sin escrúpulos un filete. Y mayor incongruencia me parece que quienes defienden los supuestos derechos de los animales y no quieren que estos sufran, sean los mismos que promueven o apoyan una ley que permite descuartizar en el seno de su madre a un ser que ya siente y sufre, como lo demuestra la extraordinaria aceleración de los latidos de su corazón en el momento en que se realiza el aborto.

Pero claro, esto es demasiado truculento para publicarlo; es preferible continuar debatiendo sobre las corridas de toros.

Freddy G. Bru