El mundo es global sostiene el diario Expansión para afear la conducta de los italianos a la hora de pararle los pies al BBVA en Italia con la BNL. Convendría preguntarle al sesudo periódico económico si sus deseos de globalidad afectan también al libre movimiento de trabajadores. Pero es que, además, no se pueden comparar los casos francés e italiano : Italia ha conseguido que una aseguradora se movilice para chafarle su oferta al banco español. Dan más dinero (al menos más dinero contante y sonante) y los del Contrapacto, e incluso Generali, socio del BBVA, le han abandonado ante la mejor perspectiva que ofrece UNIPOL. Ha sido una batalla en términos capitalistas: oferta contra oferta, si bien una de ellas alentada desde el poder. En esas circunstancias, Expansión debería aplaudir.

Es decir, con su actitud obstruccionista, el Banco de Italia ha evitado que Francisco González se hiciera con una entidad que es una castaña, además de ofrecerle unas esplendidas plusvalía, que hubieran sido mucho menores sin el escándalo. Quien debe estar cabreado com el Banco de Italia es UNIPOL. Los que deben de estar contentos son los accionistas, que se han hecho con una plusvalía de 523 millones de euros.

Lo que ocurre es que FG necesitaba una gran operación para no perder la estela de Emilio Botín y para que no vuelva a ser un presidente contestado, no en el interior (la contestación interna no existe en banca) sino en el exterior. Ojo : en septiembre, Moncloa atacará de nuevo : quiere a FG fuera del BBVA.

A FG no, pero al BBVA, el Banco de Italia, le ha hecho un gran favor. Y el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, está feliz.