• Hasta noviembre, mes de la consulta, oiremos de todo. La conducta del ex president ha alterado a todos, a los del desafío y a los contrarios.
  • Rafael Merino (PP) dice una cosa cierta: "Las cifras que se están conociendo empiezan a marear a la sociedad española".
  • Tomás Gómez (PSOE) contraataca: "Los independentistas nos han dicho mucho tiempo que España roba a Cataluña y la verdad es que los catalanes han sido expoliados por la familia Pujol, presuntamente".
  • El consejero Felip Puig (CiU) defiende a Jordi Pujol y, de paso, se quita de encima las sospechas que lo relacionan con su hijo: "Son especulaciones".

No se engañen: tenemos Jordi Pujol (en la imagen delante de su hijo Oriol) para rato y así será hasta que se encuentre un desenlace al desafío soberanista y las partes -o sea, republicanos, nacionalistas, socialistas y populares- encuentren el mejor acomodo al nuevo escenario. Porque, oiga, todos tienen claro que algo muy profundo ha cambiado y ha dado en la línea de flotación de un proyecto condenado al fracaso o a la bravuconada permanente. Que se lo pregunten al oportunista Duran i Lleida, que también deshoja la margarita. Esta mañana se han lanzado al plató en busca de huecos, tres políticos, que dan una idea, previsible, de por dónde van a ir los tiros: Rafael Merino (PP), el todoterreno Tomás Gómez (PSOE) y el consejero de Empresa de la Generalitat, Felip Puig (CiU).

Atentos. Merino, portavoz adjunto del PP en el Congreso, se apunta a un bombardeo. Ha denunciado que la Generalitat ha guardado "en un cajón" los informes sobre la familia Pujol elaborados por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y que "sería conveniente" que los presuntos implicados en el caso Pujol aporten explicaciones. Nada nuevo, aunque ha acertado en la expresión de que la trama, los dimes, silencios y diretes y, sobre todo, "las cifras que se están conociendo empiezan a marear al conjunto de la sociedad española además de generar una enorme preocupación".

A Tomás Gómez le gusta estar en el candelero. Por eso, ha aprovechado, esta mañana estival, la reunión de la Ejecutiva federal de su partido, para levantar cabeza, aunque para caer también en lo evidente: la familia Pujol debe dar "muchas explicaciones sobre su situación fiscal", a la vez que es preciso clamar contra el eslogan ése de los independentistas catalanes de que "España roba a Cataluña, porque la verdad es que los catalanes han sido expoliados por la familia Pujol", siempre presuntamente. Faltaría más.

Más sorprendente ha estado el consejero de Empresa y Empleo de la Generalitat, Felip Puig. Ha despejado balones fuera, diciendo que estamos "nuevamente en un intento de ensuciar. Si hay algo que no se ha hecho bien, la Justicia lo dilucidará". Negaba así que Pujol cobrara el 3% por cada obra pública adjudicada. Y, de paso, ha negado las informaciones que le relacionan con los negocios del hijo mayor del ex president, Jordi Pujol Ferrusola. Preguntado en TV3 por un informe de la UDEF en el que se apunta que favoreció comisiones a Pujol Ferrusola mediante la adjudicación de las obras de Gran Vía de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) cuando era consejero de Política Territorial, ha contestado que nada de nada, que son "especulaciones".

Mañana más.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com