Sr. Director:
Hay que reforzar el sentido de la responsabilidad en los jóvenes y valorar el trabajo bien hecho a la vez que se les ofrecen una enseñanza de calidad y unas expectativas de promoción personal.

De lo contrario surgirán tendencias antisociales que generan graves problemas para la convivencia ciudadana.

La OCDE, en su último informe, se limita a constatar la evidencia de que nuestro sistema educativo sufre todavía carencias muy graves. El Ministerio de Educación tiene que presentar cuanto antes una hoja de ruta para poner en marcha el pacto imprescindible, hasta ahora sólo ha habito palabras, puesto que cuando hay ocasión de aprobar una medidas, los profesores como autoridad, el partido del Gobierno se echa para atrás.

Un adolescente que entra en la dinámica del fracaso escolar es un candidato a desarrollar comportamientos perjudiciales para él mismo, para la familia y para toda la sociedad. Las aulas son un factor determinante para el despliegue de la personalidad y para la integración en el mercado laboral, una tendencia que se incrementa incluso en la actual sociedad del conocimiento.

No es suficiente repartir ordenadores si no se ofrece a los jóvenes usuarios un proyecto de vida que suponga una buena preparación académica y unas pautas sensatas de conducta cívica. En este contexto, conviene resaltar otro dato esencial del informe: el conjunto del gasto público en Educación se sitúa en España en el 4.3 por ciento del PIB, muy lejos del 5.2 de media.

Sin dejar de reconocer la mejoría, es preferible ser realistas y no alimentar un optimismo voluntarista pero con escaso fundamento.

Jesús Martínez Madrid

jmartinezmad@gmail.com