En la mañana de este martes, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ha pedido explicaciones al Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, sobre sus criterios de actuación. Y es que la impresión de que la Fiscalía aplica la Ley del Embudo es cada vez más una certeza. El Mundo publica las peligrosas relaciones entre Bono y El Pocer y la Fiscalía se queda mirando a la luna de Valencia.
No es la primera vez porque ante el serial que publica Gaceta sobre las andanzas inmobiliarias e hípicas de la familia Bono, la Fiscalía tampoco parece darse por enterada. Lo que no se entiende es por qué el PP está siempre esperando la actuación de la Fiscalía y no son ellos mismos los que se personan como acusación. ¿Quizás porque Bono ha trazado una inteligente red de relaciones con dirigentes del PP? Será por eso.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
