Como dice Pedro J. Ramírez, y él sabe mucho de conspiraciones: No hay nada peor que comenzar una campaña, mirar hacia atrás y ver que nadie te sigue. Sólo le faltó añadir: comprobar que la gente se niega a colaborar democráticamente en la crucifixión de quien tú has decidido crucificar. Tiene toda la razón el maestro: así no hay forma de convertirse en maestro de periodistas, oiga usted.

Y digo que tiene toda la razón Gaceta de los Negocios, cuando insiste, en solitario, en relatar la nueva aventura de Manos Limpias, que quiere denunciar a la ministra de Defensa, Carme Chacón, quien debería haberse inhibido en la aprobación del decreto la TDT de pago, por el Consejo de Ministros, así como en el Parlamento.

Entiéndase: la moción no va a prosperar por varias razones. La principal, el Gobierno, bajo la atenta dirección del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y con la colaboración de PRISA y de El Mundo, para quien Manos Limpias constituye la competencia en su monopolio de fiscalía social, ha dictaminado que Manos Limpias es una organización ultraderechista, y con ello les cierra la boca. El propio fiscal general del Estado, atentando contra su papel, llegó a aludir en público a esos grupos ultras que aprovechan la infraestructura judicial del Estado para fines espurios. Algo aseguró con lo que había que terminar. Es decir, una asociación que lucha contra la corrupción es, para el fiscal general del Estado, algo con lo que hay que terminar. A la corrupción hay que dejarla trabajar en paz.

Con ello, don Cándido se cargaba el Estado de Derecho pero eso es una cuestión menor, como todo el mundo sabe.

Pero no es la única razón por la que la acusación de Manos Limpias a la ministra de Defensa, casada con Miguel Barroso, no prosperará, a pesar de estar cargada de razón. Todo el mundo sabe que Miguel Barroso y José Miguel Contreras por algo les llamaban los migueles- son los dos agentes de propaganda favoritos de ZP. El esposo de la señora ministra fue secretario de Estado de Comunicación de ZP y su influencia fue tanta que se ganó los celos de la vicepresidenta primera, doña Teresa Fernández de la Vega, por su cercanía al presidente. José Miguel Contreras era el hombre con el que ZP preparaba sus debates electorales. El otro socio clave, Jaume Roures, asimismo bien relacionado con la ministra, es la aportación de los socialistas catalanas, del PSC, que, como es sabido, nunca se ha sentido filial del PSOE sino aliado en condiciones de igualdad y paridad de estima.

Por cierto la principal tarea de Barroso como secretario de Estado consistió en amenazar a los grandes anunciantes si no retiraban su publicidad a los medios electrónicos. En otras palabras, en cargarse a la prensa independiente de Internet, a los confidenciales, esos que ZP nunca lee para no contaminarse pero cuyo contenido le cabrea profundamente.

En resumen: yo creo que Manos Limpias va a fracasar jurídicamente aunque tenga más razón que un santo. Van a fracasar porque Barroso no ejerce ningún cargo ni es accionista se ha cuidado mucho de ello- del entramado La Sexta: ni de Imagina ni de Globomedia, ni de Árbol, ni de Mediapro, ni de La Sexta, ni de Público. Absolutamente de nada.

Además, si Manos Limpias achaca a doña Carme que no se abstuviera en el Consejo de Ministros que aprobó el anteproyecto de TDT de pago, ella siempre podría parapetarse tras la trampa de que el Consejo de Ministros es un órgano colegiado mentira: se hace lo que dice el presidente- o en el carácter secreto de las deliberaciones del Consejo, aunque todo el mundo sabe que, finalizada la sesión, cada ministro corre a dar su versión a los empresarios amigos y a los periodistas confidentes.

Jurídicamente, Manos Limpias no tiene razón, moralmente la tiene toda. La Sexta fue creada por ZP, concediéndole una licencia de analógica para preparar el salto a la digital, concediéndole dinero a través del ICO y del Instituto Catalán de Finanzas o sea de la banca pública-, con los que Roures y los Migueles se han comprado todos los derechos de retransmisión televisivos y no pagan ni al panadero. Además, el Gobierno obligó a Telefónica a cederle los derechos del Mundial de fútbol de Alemania para antenizar España en tiempo récord por narices. Y ahora con la TDT de pago, que tanto ha cabreado a El País sencillamente porque no estaba preparado y porque se ha dado cuenta d que PRISA fue el agente del Felipismo, pero La Sexta lo es del Zapaterismo.

Ni que decir tiene que Barroso alberga como gran objetivo político convertir a su señora en la primera presidenta del Gobierno de España y que, por la misma razón, Chacón es cordialmente odiada por De la Vega, quien considera que, si se llega a tan feminista fenómeno, sólo hay una candidata posible: ella misma.

Pero eso no es lo importante. Lo importante es que Manos Limpias tiene toda la razón pero no se la van a dar.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com