Se celebraban en Portugal elecciones generales: votó el 51% del censo. En España se celebraba el referéndum Constitucional, con un Zapatero empeñado en convertirse en estadista de talla mundial a costa de un protagonismo en Europa que Francia y Alemania se niegan a proporcionarle: votó un 42,4% del censo. ¿Puede hablarse de democracia cuando es la mitad, o menos, de la población la que se toma la molestia de elegir? Al final, las matemáticas indican que en muchos países gobiernan personas a las que apenas ha votado un 10 o un 15% de los ciudadanos.

Esta fatalidad no sólo afecta a la construcción europea, sino a muchas de las democracias líderes en el mundo libre. Dicho de otra forma: ¿puede haber una democracia sin demócratas? Al parecer si que se puede, pero no está claro que se deba.

Recordemos que toda la manipulación informativa del Gobierno Zapatero y del Grupo Prisa-Sogecable apenas ha conseguido arrastrar hasta las urnas el 42,4% de los potenciales votantes, y que el No se ha disparado desde el 5% que preconizaban las encuestas hasta el 17,4%. Un no que sólo defendían partidos marginales o simplemente extraparlamentarios, como Izquierda Unida, ERC, Familia y Vida, Alternativa Española, Partido Social Europea, CTC, etc. Los dos grandes partidos, que representan el 80% de los votos en España, ayudados por formaciones como el PNV o CIU, sólo han cosechado un cantidad relativamente menor. Y aunque el ministro del Interior, José Antonio Alonso, explique los datos afirmando que más de 10 millones de españoles y españolas han votado sí, mientras sólo 2,3 millones de españoles (al parecer aquí no había españolas) han optado por el no, la estafa de la consulta ha quedado al descubierto.  

Por otra parte, Televisión Española ha alcanzado unos niveles de manipulación que convierten al linchado Alfredo Urdaci en el paradigma de la imparcialidad. Pues ni aún así

Pero la cuestión clave es la primera a la que hacíamos alusión. En un mundo que niega cualquier verdad absoluta, la verdad es lo que dice la mayoría. Y si la mayoría desprecia la Constitución europea, ¿la Constitución  debe ser enviada al cesto de los papeles?

Eulogio López