Sr. Director:

Hay muchos clubs de carretera (los conocidos popularmente como "puticlubs") que no facturan ni de lejos lo que muchos medios de comunicación alcanzan por la sección denominada "contactos" de prostitución.

Muchos nos formulamos una cuestión semántica: si a los promotores de los primeros se les denomina con razón proxenetas ¿existe algún motivo para no llamar o mismo a los segundos?

¿O es que el hecho de que se llenen la boca con la defensa de los derechos y dignidad de la mujer les permite ocupar el terreno moral alto y hacer pinqües beneficios de lo que no es otra cosa que la cosificación de la mujer?

Antonio Arauzo Higuero

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