Estados Unidos no sólo abre nuevos frentes de conflicto en el Golfo Pérsico, consiguiendo lo nunca visto: que Siria e Irán se unan contra el enemigo común. Aún le queda tiempo para abrir una trinchera más, esta vez contra Hispanoamérica, que, de alguna manera, estaba cantado. Así, el nuevo número dos de Condoleezza Rice, Robert Zoellick, ha declarado ante la Cámara de Representantes que en el mundo hispano percibe un creciente autoritarismo, algo que a la Administración de Washington le tiene, según él, muy preocupado. Para Zoellick, en Iberoamérica se están ganando las elecciones anulando a la oposición, atemorizando a la prensa y saltándose las leyes.

Concretando la afirmación, Zoellick habló de Hugo Chávez como ejemplo de esta deriva hacia el totalitarismo en el mundo hispano. Así, llegó a afirmar que hay un nuevo flautista de Hamelin del populismo. Muchos piensan como él, también en las empresas españolas, y afirman que Chávez es el financiador de este nuevo populismo, entre otras cosas porque tiene dinero para financiarlo. La Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Panamá son los países que más se señalan en esta deriva hacia la dictadura. 

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, se ha convertido en el mejor apoyo de Estados Unidos en la zona, pero Uribe no controla una tercera parte de su territorio, que sigue en poder de la guerrilla marxista FARC y de los narcotraficantes. Precisamente, Uribe se ha visto obligado a pactar con Chávez. Para Bogotá, el caudillo venezolano ha creado un santuario para los guerrilleros en la frontera con Colombia, pero, por el momento, Uribe no puede luchar contra la guerrilla y contra Chávez.

Mientras tanto, la empresa española, como ya hemos informado, se retira paulatinamente de Hispanoamérica. Y las que quedan lo hacen porque no tienen otro remedio, bajo la fórmula de un euro de  provisión por cada euro invertido.