El País, que no es cualquier periódico por aquello de que parte y reparte a conveniencia como un acorazado ideológico progre, decidió abrir su portada de este domingo con una entrevista a Pedro Sánchez (en la imagen), lo cual, en sí mismo, qué quieren que les diga, es bastante sorprendente. ¿Un domingo, Pedro Sánchez Hombre, es verdad, está en juego el futuro del PSOE, entre un debate soporífero sobre la influencia o no del aparato y los barones a favor de uno y otro candidato o los dichosos avales, pero tanto como para abrir el rotativo con Sánchez, en una clave, además, que aburre hasta a los propios militantes socialistas… Pero en fin, se supone también que esa elección será importante para que los socialistas pinten algo como alternativa. Está claro que El País lo piensa. Ahora, tal como están las cosas, la verdad es que pintan menos que "Jezulín en la Real Academia de la Lengua", que decía Chiquito de la Calzada. En algún momento pasará que Zapatero no tenga la culpa de todo o que Rubalcaba tampoco y remontarán. Pero es que, además, les han salido enemigos por la izquierda mientras el PP, otro que tal baila, goza de momento de las mieles de su mayoría absoluta.Volvamos a la entrevista de El País. Lo más sorprendente de esa sorprendente entrevista es que Pedro Sánchez no dice nada interesante. Bueno sí, una cosa: "Practico la doctrina del Cholo Simeone: Partido a partido". Nada más. El resto es una retahíla de tópicos sobre la democracia interna de los partidos, la regeneración democrática -un hallazgo cíclico-, el federalismo como solución para Cataluña -con régimen fiscal propio incluido, una novedad-, la prohibición de donaciones a los partidos y los dichosos avales. Por cierto, no trasciende un dato inquietante: el 62% de los militantes no se ha decantado por ninguno de los tres candidatos en liza (además de Sánchez, el blando Madina o el díscolo Pérez Tapias).

Los socialistas y el PP tropiezan en la misma falla: son incapaces de navegar a contracorriente con el imperativo que marca la realidad, del hombre, de las familias y de la sociedad

Es preocupante que Pedro Sánchez no diga nada y se refugie en los tópicos porque ese es precisamente el problema de ese partido, que ni tiene líder ni tiene programa, que va de ocurrencia en ocurrencia dependiendo de la zona geográfica, del Día del Orgullo Gay o de lo que diga el cantamañanas de Podemos, Pablo Iglesias, o de las elecciones europeas. Que no se aclara, vamos. Hoy 'tolera' la monarquía como pasado mañana vuelve a ser más republicano que nadie y ni que decir tiene su discurso sobre la unidad territorial, que cuestiona, reforma o destruye, según el momento, o el recurrente Concordato con la Santa Sede, si conviene cascar a la Iglesia. Y del discurso clásico de la izquierda, de ese "gobernamos para solucionar los problemas de la gente", que decía Ramón Rubial, ¿qué Nada. No se ve ni se escucha. Ni saben cuáles son los problemas de la gente ni cómo se solucionan. Les falta también la firmeza de un Felipe González, que ha pasado a mejor vida, aunque conserva cierto sentido común de Estado, a pesar de vender sus acciones de Gas Natural Fenosa, que ya era hora.  

En el fondo, el problema del PSOE es el mismo que el del PP. Son incapaces de navegar a contracorriente con el imperativo que sólo puede marcar la realidad, del hombre, de las familias y de la sociedad. Oiga, que eso es lo importante, ¿sabe Aceptan, por el contrario, y acríticamente, el imperativo de la opinión pública sin darse cuenta de que es a la opinión pública -a la que torpedean a diario, por otra parte, hasta hacerla tonta e insensible- a la que hay que convencer con ideas -o sea, un discurso inteligente- para mejorar la realidad política. Y eso sólo se calibra con la contribución al bien común y con voluntad de servicio. En el caso del PSOE, en sus actuales circunstancias, es más grave: quedan sólo dos semanas para decidir, en congreso extraordinario, por dónde tira. Y escuchando a Pedro Sánchez o a Eduardo Madina, qué quieren que les diga. Pueden durar menos que un caramelo a la puerta de un colegio.

Mariano Tomás

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