El obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, ha abierto una nueva etapa en la Iglesia española, en aplicación del derecho canónico habitual en los norteamericanos: negarle la comunión a aquellos políticos que voten la ley de aborto.

Ojo, se ha referido al actual proyecto de Rodríguez Zapatero, pero la incógnita persiste sobre los políticos que, como casi todos los del Partido Popular, apoyan la ley vigente, la de 1985.

Sería deseable que se negara la comunión a todo político que apruebe el aborto, no la actual ley del aborto, pero, en cualquier caso, dejemos que el error se destruya a sí mismo: se ha entreabierto una puerta y nadie sabe dónde podemos terminar. Esperemos que lejos.