Es sabida la batalla que los jugueteros llevan manteniendo con las importaciones ilegales de juguetes chinos. Primero llegaban por el puerto de Rotterdam, que era el puerto más abierto y más inseguro, sin ningún tipo de controles. Pero posteriormente, el resto de puertos se dieron cuenta de que o se rebajaban a los inexistentes niveles de control de Rotterdam o la mercancía entraría por un puerto más liberal.

En resumen: existen normas de seguridad que deberían e vigilarse en frontera, pero esas normas no se cumplen. Al menos así lo considera el presidente de la Asociación de Fabricantes de Juguetes de España, Salvador Miró. Por esta razón, el pasado lunes los jugueteros españoles firmaron con el Instituto Nacional de Consumo una especie de protocolo de seguridad. Además, se establecieron diferentes criterios de inspección en tienda, aunque son conscientes de que para controlar la mercancía, los controles en comercio son insuficientes. Es necesario controlar en frontera y que las normas se cumplan, concluye.